El ahorro energético es un concepto clave para el desarrollo sostenible y cada día está más presente en los hogares y pequeñas empresas que buscan optimizar el empleo de la energía para reducir el consumo. En ambos casos, hay un doble objetivo: ahorrar algo de dinero y frenar las consecuencias negativas para el planeta. Para ello, las medidas van en dos sentidos, por un lado, aprender a conseguir energías de una forma más asequible o de fuentes naturales y, por otro, aprender a usar la energía de forma responsable y respetuosa con el entorno.
Entre las medidas más eficaces para el ahorro energético en casa o la oficina fáciles de poner en práctica y de baja inversión podemos destacar las siguientes:
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Iluminación, reduce rápido y fácil la factura de la luz
Cuando hablamos de sustituir nuestras bombillas de toda la vida (incandescentes, halógenas o fluorescentes) por iluminación LED, estamos hablando de que consumen hasta un 80% menos aunque depende de cada caso en particular. El ahorro energético no implica estar a oscuras. La iluminación debe adaptarse a cada actividad, es decir, debemos alcanzar el máximo ahorro energético garantizando las mismas condiciones de confort o, incluso, mejorándolas. “Aunque la tecnología LED no es nueva, la gran evolución que ha vivido en los últimos años y el abaratamiento de su coste ha supuesto que llegue a más hogares y empresas. El uso de lámparas LED supone que con bajas potencias obtenemos altos niveles de luminosidad, además tienen una vida útil de más de 50.000 horas por lo que reduce costes de mantenimiento”, explica Salvador Tejada, Director Comercial B2B de SULION.
Control de la luz
Los sensores se han convertido en un aliado clave para el control de la luz y el ahorro energético. El uso de detectores de movimiento o de calor del cuerpo humano o animal garantiza la activación de la luz cuando es realmente necesario y que se apague automáticamente si no hay nadie. Un alumbrado inteligente nos puede ayudar a no malgastar energía principalmente en zonas de paso como en la entrada de la vivienda u empresa o en los pasillos en los que no siempre hay gente.
El mercado cuenta con luminarias que ya tienen un sensor oculto que se ajusta en tiempo, intensidad y luminosidad a las necesidades de cada espacio. “Cuantas veces hemos llegado al baño de nuestro trabajo y estaba la luz encendida desde hace horas o incluso desde el día antes. También en casa a veces dejamos luces encendidas en zonas de paso como pasillos y en la entrada en los que únicamente estamos unos minutos. Esas bombillas encendidas consumen energía y, por supuesto, suponen un gasto. Poner plafones con sensores como Cifo o Sense, supone contar con gran tecnología en el hogar sin necesidad de una gran inversión y que a largo plazo nos ayudará en el ahorro”, asegura Tejada.
Elementos clave para la climatización
Tanto en invierno como en verano los ventiladores de techo juegan un papel clave en la climatización de hogares y pequeñas empresas. En invierno los ventiladores desestratifican el aire caliente acumulado en el techo repartiéndolo por toda la estancia, mientras en verano el aire en movimiento genera una sensación térmica de hasta 5ºC menos en la habitación. La combinación de ventilador y aire acondicionado para combatir el calor o ventilador y calefacción para vencer al frío disminuye considerablemente el consumo eléctrico. Un ventilador de techo DC puede reducir hasta en un 50% el gasto en aire acondicionado y hasta un 30% el gasto en calefacción.
Otras medidas
Hay gestos diarios que también contribuyen al ahorro energético como cerrar las ventas cuando la calefacción o el aire acondicionado estén encendidos o apagar la luz eléctrica cuando podamos aprovechar la luz del día. A largo plazo, hogares y empresas pueden continuar apostando por el ahorro energético invirtiendo en electrodomésticos de bajo consumo de energía, principalmente lo aparatos que se comercializan bajo la categoría A, e invirtiendo en la instalación de placas solares fotovoltaicas.