A pesar de las incertidumbres económicas, el mercado de trabajo sigue creando empleo. Según los datos de la Encuesta de Población Activa del INE, entre abril y junio, la ocupación aumentó un 1,91% con respecto al trimestre anterior. Por su parte, el número de desempleados ha descendido en 255.300 personas (un 8% menos).
Durante el segundo trimestre de 2022, el total de ocupados aumentó en 383.000 trabajadores, por lo que el mercado laboral español albergó entre abril y junio a 20.468.000 ocupados, consolidando la tendencia de creación de empleo vista desde el año pasado y con niveles de empleo similares a 2008. En términos desestacionalizados, la variación trimestral en el número de ocupados fue del 0,61%.
La cifra de desempleados alcanzó los 2,9 millones de personas en el segundo trimestre del año, situándose la tasa de paro en el 12,48% y rompiendo la barrera inferior de los 3 millones de desempleados por primera vez desde el tercer trimestre de 2008, cuando había 2,6 millones de parados, justo cuando quebró Lehman Brothers y se inició la crisis financiera mundial.
Este segundo trimestre se ha visto marcado por la aplicación completa de la reforma laboral, por las consecuencias de la guerra de Ucrania sobre la economía europea, el aumento de la inflación y el encarecimiento, por tanto, de los factores productivos. El empleo parece estar sorteando, de momento, este fenómeno y sigue encadenando récords en un mercado laboral tan activo como el de los años previos a la burbuja inmobiliaria.
Índice de temas
Variación de autónomos prácticamente inexistente respecto a 2019
El último trimestre de 2019 finalizó con 16,8 millones de asalariados. Durante el segundo trimestre de 2020 se destruyeron más de un millón de puestos de trabajo y junio de ese año cerró con 15,5 millones de trabajadores por cuenta ajena. En paralelo, el número de autónomos al cierre de 2019 era de 3,1 millones de trabajadores y el segundo trimestre de 2020, marcado por la primera ola de la pandemia, solo perdió a 40.000 trabajadores autónomos.
En consecuencia, y según los datos de la EPA, el empleo autónomo se ha visto mucho más resiliente a los embates de la pandemia que el trabajo asalariado. En el segundo trimestre de 2020 se redujo el empleo por cuenta ajena un 7% con respecto al mismo trimestre del año anterior mientras que la variación interanual de los trabajadores autónomos fue de solo un -1%.
Si bien durante el primer año de pandemia se destruyó mucho más empleo asalariado que autónomo, el crecimiento también fue mucho mayor durante 2021 y primera parte de 2022 entre los trabajadores por cuenta ajena que propia. Las variaciones entre la población empleada son mucho mayores que entre el conjunto de autónomos y hoy hay 457.800 asalariados más que a finales de 2019 mientras que el volumen de autónomos es solo de 40.000 personas más.
El empleo público crece durante la pandemia
Si estudiamos a la población asalariada en función de si trabajan en el sector público o privado, vemos que el primero ha seguido creciendo a lo largo de la pandemia mientras que el segundo se reducía en el primer año tras la aparición de la covid. La inversión pública para contener los efectos del coronavirus es la explicación de por qué ha seguido aumentando el empleo público frente al privado y ya se ve una tendencia decreciente en los últimos trimestres, conforme las Administraciones reducen el gasto público para contener la covid.
Esto ha llevado a que ahora el empleo público sea superior que antes de la pandemia mientras que los asalariados privados son menos que al cierre de 2019. En el último trimestre del año previo a la pandemia había 3,2 millones de asalariados públicos. El segundo trimestre de 2022 cerró con 3,4 millones de trabajadores públicos. Frente a estos datos, el empleo en el sector privado se ha comportado con más lentitud en su evolución debido a la destrucción inicial y luego a la recuperación: a finales de 2019 había 13,6 millones de asalariados privados y en el segundo trimestre de 2022 la cifra ha alcanzado los 13,8 millones de empleados privados, superando las cifras previas a la pandemia en 200.000 empleados más.
Crecen tanto empleadores como trabajadores independientes
El INE desagrega a los trabajadores por cuenta propia en cuatro grupos, siendo los más importantes los empleadores y los trabajadores independientes sin personal a cargo. Ambos grupos han evolucionado de manera diferente durante la pandemia. Los empleadores sufrieron fuertes caídas durante los primeros compases de la pandemia y tuvieron un efecto rebote en 2021 y 2022 mientras que los trabajadores independientes siguieron creciendo durante la primera parte de la pandemia y se estabilizaron en el segundo año.
Sin embargo, este segundo grupo, el más numeroso de entre los trabajadores por cuenta propia, no parece remontar durante 2022. Así, el segundo trimestre del año ha cerrado con 65.500 autónomos independientes menos que hace un año. Cabe la opción de que la pérdida del empleo al principio de la pandemia llevara a muchos trabajadores a lanzarse hacia su propia actividad profesional como forma de seguir trabajando. Es posible que el fuerte crecimiento visto entre los asalariados esté desplazando, de nuevo, trabajadores por cuenta propia a cuenta ajena, de la misma manera que en el primer año de pandemia sucedió a la inversa: crecieron los autónomos como fórmula de moverse y reactivar la actividad conforme el empleo asalariado se reducía.
En general, el crecimiento de los trabajadores autónomos es mucho más modesto que el de asalariados, aunque resiste mejor las crisis económicas y es menos volátil. La reforma de las cuotas de la Seguridad Social, ajustadas a los rendimientos netos mensuales, planteada por el Gobierno puede favorecer un aumento del número de personas que den el salto al trabajo autónomo.