Aunque no lo creamos, la última década ha estado plagada de “cisnes negros”. Desde la crisis financiera de 2008, hasta la actual pandemia por coronavirus, pasando por las consecuencias -aún por ver -del Brexit, lo cierto es que las empresas han aprendido a convivir con la incertidumbre como parte de su rutina habitual.
La “vuelta de tuerca” que proponen desde Datisa es la importancia, no de adaptarse o convivir con la incertidumbre, sino, de identificar y aprovechar las oportunidades que genera y obtener ventajas competitivas frente a la adversidad. Es ahí, donde las pequeñas y medianas empresas encuentran el verdadero desafío de cara a 2021.
Isabel Pomar, CEO de Datisa dice que “en el ecosistema pyme es clave entender el comportamiento de los mercados y las ventas, pero también, combinar ese conocimiento con información estratégica y consistente sobre la gestión de los costes o el flujo de efectivo, por ejemplo. Y, por supuesto, ahora más que nunca, será determinante analizar el impacto de la COVID-19 sobre estos factores clave para poder tomar las decisiones correctas”.
Por lo tanto, según explican desde la firma española de ERP para pymes, en 2021 las pequeñas y medianas empresas podrían encontrar oportunidades en:
- Gestión comercial: En 2020 muchas pymes vieron cómo se desplomaron sus ventas. Sin embargo, un análisis detallado de los resultados debería arrojar luz sobre su gestión comercial y determinar qué clientes fueron los más estables o los que resultaron menos afectados por la situación del mercado, de qué artículos se incrementó o decreció la demanda y qué oportunidades comerciales -si las hay- se han podido pasar por alto.
En 2021 será importante mejorar el desarrollo comercial y el apoyo a aquellos mercados que han mostrado más estabilidad y potencial de crecimiento. Para minimizar los riesgos es aconsejable evitar la dependencia excesiva de un único cliente o tipo de cliente, revisar la cadena de proveedores y abastecimientos y “ensanchar” los canales de venta, especialmente, vía online. Un sistema ERP puede ayudar a identificar las causas de las posibles ineficiencias, y también, a poner en marcha una gestión comercial más flexible, eficiente y rentable.
- Planificación financiera con la mirada puesta, principalmente, en la optimización de los costes y en el flujo de efectivo. No son, ni mucho menos, los únicos elementos que se deben tener en cuenta, pero sí son, dos de los criterios que pueden llegar a marcar la diferencia. Cualquier cambio que se lleve a cabo, ya sea en el ámbito de la gestión comercial o en cualquier otro entorno operativo implicará el ajuste o reasignación de los costes relacionados. Por eso, es importante, no solo tener la información, sino la capacidad de análisis necesaria para entender el impacto de las decisiones que se toman.
En su planificación financiera de 2021 las pymes deberán incluir un análisis exhaustivo de los costes para poder determinar cuáles son esenciales, cuáles se pueden reducir, o cuáles son redundantes. En esta revisión exhaustiva de los costes también será clave revisar los precios de los contratos de larga duración y, de cara a la planificación, seleccionar, evaluar y renegociar las condiciones con los proveedores. De nuevo, la utilización de una plataforma ERP será clave para encontrar la información, analizar y actuar en consecuencia, siempre sobre los criterios de eficiencia, efectividad y rentabilidad.
Con respecto al flujo de caja hay que destacar que ha sido clave para la supervivencia de muchos negocios durante la crisis. Por lo tanto, en la planificación financiera de 2021 las pymes incluirán, seguro, el flujo de efectivo necesario para proporcionarles el control óptimo.
- Inversión tecnológica. Los desafíos que han enfrentado las pymes en 2020 han puesto en valor la importancia de disponer de una base sólida para el trabajo en remoto y el intercambio fluido de información. Por eso, las pequeñas y medianas empresas ya tienen claro el impacto de disponer de una plataforma TI óptima para resolver estas demandas.
Ahora bien, más allá de ese primer escalón, las pequeñas y medianas empresas, piensan ya en la tecnología no solo para satisfacer sus necesidades operativas, sino para integrar la tecnología con el negocio. Es decir, utilizar las soluciones tecnológicas, especialmente los sistemas ERP, para implementar procesos más eficientes, mejorar la transparencia, optimizar sus ventas, facilitar la comunicación con sus clientes y mejorar su experiencia, aumentar la fidelización y mejorar la gestión de todas sus operaciones.