Si la transformación digital ha hecho entender algo a las compañías que buscan evolucionar su forma de trabajar, es que es el propio empleado el impulsor y protagonista de este cambio. Los retos de automatización de procesos que agilicen y alivien sus funciones confrontan en el nuevo entorno digital, en donde tan solo el 2% de las organizaciones españolas asegura haber logrado que sus procesos de negocio se lleven a cabo de manera flexible y automática.
Con el objetivo de evaluar la madurez de la digitalización de procesos entre las empresas españolas y, por ende, sus esfuerzos hacia la transformación, KYOCERA Document Solutions ha elaborado un estudio que analiza diferentes factores como el tipo de tecnologías aplicadas, el grado de gobernanza en los procesos o la formación de empleados en relación a su conocimiento y dominio.
Bajo el título ‘La transformación de los procesos en un mundo digital’ el informe se basa en la experiencia de stakeholders responsables de la mejora continua en grandes organizaciones del sector público y privado.
Entre las principales conclusiones analizadas cabe destacar, como indica Alfonso Pastor, director de Marketing y Tecnología de KYOCERA, que “a pesar de que la amplia mayoría de las organizaciones considera la digitalización de sus procesos una tendencia y una necesidad, el mercado se mueve a dos velocidades, donde solo el 52% de las mismas se apoya en tecnologías BPM y sistemas de gestión documental para mejorar sus flujos de trabajo”.
Índice de temas
Madurez de los Procesos
Frente al esfuerzo común de hacer evolucionar los procesos hacia la adaptabilidad y flexibilidad, el estudio refleja un grado de madurez desigual en las organizaciones: más de la mitad de ellas, el 58%, aún trabajan bajo procesos estáticos o predefinidos.
En contraposición, el 42% de las compañías ya han entendido que deben ajustarse a las condiciones siempre cambiantes del negocio y empoderar al empleado.
Retos
Aunque el objetivo de la automatización de procesos sea el de mejorar y optimizar tanto el trabajo de los empleados como los resultados del negocio, el estudio refleja cómo, por un lado, son precisamente los propios trabajadores quienes más se resisten al cambio -considerado por el 71% como el principal obstáculo para la transformación de los procesos- y, por otro, cómo un 52% de las empresas encuentran dificultades por considerarlos una inversión difícil de justificar.