La diversidad y la igualdad en las empresas es un tema candente que afecta por igual a una multinacional con 10 oficinas que a una pequeña empresa de 10 empleados, es un hecho que no puede ser ignorado. Un estudio reciente de Salesforce sobre el impacto de la igualdad revela que los empleados que sienten que su voz es tenida en cuenta en el trabajo están hasta cinco veces más dispuestos que el resto a dar lo mejor de sí mismos. Priorizar la inclusión no sólo va a suponer un equipo más fuerte, sino también un aumento de ventas, mayor productividad y mejores experiencias de cliente.
En esta línea, un informe de McKinsey explica que las empresas con trabajadores de diferentes razas tienen hasta un 35 por ciento más de posibilidades de superar a sus competidores y las organizaciones que impulsan la diversidad de género, hasta un 15 por ciento más. Por este motivo, al igual que con cualquier otro aspecto crítico del negocio, lograr la diversidad correcta requiere una definición adecuada de objetivos, planificación estratégica y monitorización. Para las nuevas empresas que se centran en ampliar su negocio, es importante a largo plazo que la diversidad sea una parte central de su plan de crecimiento.
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Inclusividad en mente desde el principio
Desde el principio, las pequeñas y medianas empresas pueden contratar con la diversidad en mente. Seamos claros: la diversidad no va sobre establecer cuotas o de favorecer a unos candidatos sobre otros para un puesto de trabajo, sino de incorporar a personas con una manera nueva de pensar en el negocio y trabajar de otra forma para ayudar a que su pyme destaque. Por el contrario, aquellas plantillas compuestas por trabajadores que proceden del mismo sitio están limitadas por el tipo de experiencias que estas personas pueden compartir.
La diversidad puede ser cultural, de género o de habilidades profesionales, pero lo más importante es que el responsable de la empresa esté abierto a diferentes perspectivas de negocio. Y esto, para llevarlo a cabo de una forma efectiva, no es una cuestión de políticas para contratar determinados perfiles, sino de un programa regular para alcanzar unas cifras de diversidad adecuadas, revisando el progreso e identificando áreas de mejora.
Nuestros prejuicios, que se basan en experiencias pasadas, casi siempre permanecen ocultos o en el subconsciente, pero aún pueden pasar a primer plano e influir en nuestras interacciones en el lugar de trabajo. Uno de los ejemplos más comunes es la promoción o contratación de personas basadas en los antecedentes o experiencias que ya conocemos.
Una parte importante de cualquier compromiso con la igualdad es limitar el impacto de los prejuicios y para ello el mejor camino es la concienciación y la educación, empezando con uno mismo. Las herramientas de aprendizaje online como Trailhead ofrecen funcionalidades interactivas y gratuitas para formar a los trabajadores en los valores del negocio, como la diversidad y el impacto negativo de los prejuicios. Estas herramientas pueden ayudar a los responsables de una pyme a entender cómo puede afectar un prejuicio al rendimiento de un empleado, a identificarlo y minimizarlo.
La tecnología como aliada
Las buenas intenciones, aunque son un primer paso vital, no son suficientes: hacer un verdadero progreso depende de la medición, un sistema que nos indique si algo está cambiando o no. La tecnología puede ayudar a que la relación de la empresa con los empleados sea más simple y sólida. Gracias a la recopilación y procesamiento de datos el responsable del negocio puede identificar dónde es necesario hacer cambios. Ser abierto y compartir ideas de todos los empleados es crítico para el éxito de cualquier negocio. Algunos líderes lo han conseguido integrar en la cultura de la empresa creando políticas que ofrecen la oportunidad de participar y dar su punto de vista en las reuniones. Otros han prohibido el uso de ordenadores, tablets y móviles en las reuniones para asegurar que los trabajadores prestan toda la atención a sus colegas mientras están hablando.
Una cosa es que una pyme esté comprometida con la diversidad, pero otra distinta es dar pasos significativos para alcanzarla. En las organizaciones que hacen esto último, la diversidad se encuentra en el núcleo de su negocio, es una parte clave de su cultura que se extiende mucho más allá de las iniciativas de Recursos Humanos. Las empresas, también las más pequeñas, son poderosas plataformas para el cambio social, por lo que todas deben trabajar para ser el reflejo del mundo que quieren conseguir.