Isabel Pomar, directora comercial y de marketing de Datisa dice que el objetivo del modelo de gestión de la “triple I” es impulsar el movimiento. Es decir, evitar que las empresas permanezcan impasibles ante los cambios que experimente el entorno, el mercado y la propia organización. “Las pymes deben desempeñar un papel activo frente a los cambios, también los que tienen que ver con la transformación digital”, ha dicho, asegurando también que “todo lo que sucede a su alrededor -bueno o malo- condiciona el desarrollo de su negocio, por lo tanto, la inmovilidad no es un principio que cuadre con la actitud proactiva que, generalmente, muestran las pymes”.
El modelo de gestión de la “triple I”, se apoya sobre tres elementos estratégicos para las pequeñas y medianas empresas: Invisibilidad, Inteligencia e Innovación.
Una gestión INVISIBLE hace referencia al management respetuoso, no intrusivo, en el que destaca la escucha activa -a todos los niveles- y en el que la sencillez y la capacidad facilitadora cobran mayor protagonismo. Estos modelos deben apoyarse en sistemas de gestión que respondan a los mismos criterios. O sea, que, para proporcionar un modelo de gestión invisible, se precisan ERP, fáciles de implantar, sencillos de utilizar y que aporten fluidez y comodidad al trabajo. Sistemas que permitan automatizar tareas y que pongan en valor los beneficios que aportan a la organización.
La segunda ”I” del modelo de gestión para pymes que defiende Datisa, hace referencia a la gestión INTELIGENTE, una inteligencia basada, principalmente, en la información y en el análisis, la interpretación y el uso que se haga de la misma. Hay muchos modelos -y también sistemas- de gestión que buscan el dato, pero se olvidan de la explotación de los mismos. La capa de Inteligencia que propone Datisa en su modelo de management para pymes presenta la capacidad de integrar todas las áreas de la compañía y, con ello, todos los datos que se manejan en las mismas. La capa Inteligente es, por tanto, también, una capa Integradora.
Isabel Pomar insiste en que “en este punto hay que señalar también que la gestión inteligente sugiere la necesidad de alinear los objetivos con las estrategias e interconectar la consecución de los logros individuales con los corporativos. Si todos los miembros de la organización -hablo de áreas, departamentos, personas, …- entienden cuál es el objetivo común y trabajan de manera colaborativa y solidaria para conseguirlo, habrá sentado las bases de su gestión inteligente, es decir, de un management que se apoya en los datos, su análisis, su interpretación y su intercambio”.
Finalmente, la tercera es una “I” INNOVADORA porque afronta los cambios, la transformación desde la perspectiva de la mejora continua, no solo en lo que tiene que ver con los productos o servicios que ofrece la empresa, o con sus clientes, o proveedores, o socios, sino que apuesta por la innovación también en sus procesos endogámicos, es decir, los que impactan dentro, en los procesos, en los equipos o en las herramientas que se utilizan.
En un contexto como el actual, en el que se habla tanto de transformación digital, desde Datisa se insiste en que esta transformación está estrechamente relacionada con la innovación porque exige el uso de tecnología, pero también el cambio profundo en el modo en el que se conciben los negocios, el trabajo, las relaciones, etc. La gestión innovadora, termina diciendo Isabel Pomar está muy vinculada al contexto de digitalización en el que nos movemos todos “y es una gestión que busca la diferenciación y que premia la inmediatez, la transparencia, la colaboración y el intercambio sencillo y continuo de datos”.