Tienes mucha presión. Tu padre tiene un pyme, se jubila y tú eres el principal (y único candidato) a heredarla. Tu padre te ha dejado el listón muy alto… ¿podrás superarlo? Preparar adecuadamente al heredero de una empresa familiar es una cuestión decisiva para la supervivencia de este tipo de pymes. Por ello, muchas compañías implantan un plan de sucesión en el que se detalla cuál debe ser su trayectoria profesional antes de asumir el control.
Aunque no es imprescindible, sí hay una serie de cuestiones que conviene tener en cuenta:
Planificación. “El proceso de sucesión puede durar entre cinco o diez años, por lo que conviene prepararlo con antelación y en el momento adecuado”, explica Josep Tapiès, catedrático de empresa familiar de IESE. Muchos fundadores no dejan el negocio hasta el último momento. Pero es importante hablar con el heredero y diseñar una hoja de ruta que le permita saber cuándo podrá hacerse cargo de la empresa.
Formación. Los estudios que debe realizar el sucesor varían en función del tamaño de la compañía que va a dirigir. Si se trata de una empresa de tamaño medio, es imprescindible tener algún tipo de formación académica relacionada con la administración de empresas. No es necesario que sea una carrera universitaria, pues basta con un máster o algún otro tipo de curso especializado. Para dirigir las más pequeñas, no se necesita un conocimiento tan especializado, sino que se puede aprender a través de la experiencia y los consejos del gestor. Lo que sí conviene, especialmente en aquellas que comercializan productos artesanales, es aprender los secretos del oficio.
Experiencia. Es muy recomendable que el heredero trabaje durante algunos años en otras compañías. Lo importante es que puede crecer y desarrollarse profesionalmente sin la protección ni la supervisión familiar. Además, aprenderá nuevas formas de gestión y ventas que podrá aplicar cuando esté al frente de su propio negocio.
Entrada en la empresa. La incorporación del heredero debe realizarse de forma progresiva, para que vaya conociendo las claves de su funcionamiento y gane experiencia. Lo recomendable es otorgarle una responsabilidad directa y que sea medible.
¿Quién es el heredero? El empeño de los padres en que sus hijos asuman el relevo a veces hace que no evalúen sus capacidades. Pero deben asegurarse de que tienen iniciativa emprendedora y la visión de negocio suficiente para hacerse con el control.