Que la digitalización es necesaria para el crecimiento de las empresas es una realidad conocida por todos, ya no sólo por las oportunidades que crea, sino también por su propia supervivencia en un mundo cada vez más interconectado. Si está tan aceptado, ¿qué frena su avance tecnológico?
Y es que, aunque cerca del 90% de las empresas más pequeñas cuentan con ordenador y conexión a Internet, sólo el 36% usan redes sociales y un escaso 32% tienen web. Además, el pequeño negocio que vende por Internet supone un 13%, según los últimos datos del INE sobre el uso de las TIC y comercio electrónico en las empresas. Estas cifras demuestran que, si bien para la mayoría de las pymes es un aspecto prioritario, el 54,6% tiene definida una estrategia digital y el 78,6% ya la están aplicando, todavía hay resistencia digital, principalmente explicada por la falta de recursos, de tiempo y de conocimiento, como barreras que ralentizan la transformación TIC de las empresas.
Por ello, la tecnológica Cosmomedia explora las 5 causas más comunes que ralentizan el avance digital del pequeño y mediano negocio, poniendo en relieve aspectos clave como la falta de compresión digital, de recursos y de tiempo para impulsar su innovación.
- Falta de visión estratégica
La gestión de un pequeño negocio implica un alto nivel de dedicación y esfuerzo. Enfrascados en el día a día, la pyme no dispone del tiempo necesario para visualizar nuevas oportunidades y poder establecer una clara diferenciación que le permita crecer y destacar.
Falta visión estratégica para poder sentarse a pensar, a elaborar un plan, a desarrollar una implantación digital que abra nuevas posibilidades para crecer y mejorar.
- Falta de recursos para invertir en digital
Las dificultades de inversión son otra de las piedras en el camino hacia la transformación digital de las empresas. En muchos casos, no sólo se trata de disponer de la capacidad económica o financiera, sino de confiar en el retorno de la inversión.
Los costes asociados pueden subsanarse con una externalización de los servicios, en áreas en las que la pyme necesita reforzar su innovación. Confiar en expertos en digitalización es clave para obtener una orientación y un apoyo personalizado. Además, las empresas TIC deben entender el funcionamiento y las carencias técnicas de la pyme, para saber adaptar sus servicios a ellas.
- El exceso de normativa frena la digitalización
Abrumada por el día a día y por la cada vez mayor tramitación normativa, la pyme ralentiza su proceso digitalizador. Cada año hay más trámites que realizar y normas que afectan al pequeño negocio, y que se añaden a sus tareas cotidianas.
Ese exceso normativo frena la dedicación y motivación para impulsar la digitalización, ya que absorbe el tiempo de la empresa hacia cuestiones que afectan a su propia “supervivencia legal”.
Una unificación de criterios, un entendimiento de la operativa diaria de la pyme por parte de organismos e instituciones públicas y, sobre todo, una agilidad en la tramitación de determinadas gestiones puede aliviar al pequeño empresario, para que disponga de ese espacio para innovar.
- Falta de continuidad en el impulso digital
La pyme comprende el terreno digital de una manera secundaria a su actividad principal. Y por eso, cuando incorpora novedades técnicas, lo hace de forma puntual, sin valorar la necesidad de realizar cambios o mejoras constantes.
Aunque cada vez hay más negocios que incorporan el concepto digital en su operativa diaria, todavía hay mucho trabajo de concienciación. “No se trata de adaptar el mundo digital a la empresa, sino de adaptar la empresa al mundo digital”, señalan desde Cosmomedia, haciendo referencia a que “lo habitual es que el negocio dedique el tiempo y el esfuerzo al momento de implantación, sin ver que se trata de un proceso continuado”, señala José Manuel Fuentes, CEO de la compañía.
En este sentido, la presencia digital, a través de los 3 pilares esenciales de presencia web, redes sociales y comunicaciones online, comprende un trabajo continuado, para adaptarse a las tendencias y oportunidades del momento. En cuanto al apartado digital de la gestión empresarial, la necesidad de actualización es vital para, por ejemplo, mantener la seguridad de toda la infraestructura técnica de la empresa y para poder garantizar entre otros aspectos, la normativa en puntos clave como la protección de datos y las comunicaciones seguras.
El entorno digital precisa entonces de un acompañamiento profesional continuado, que permita a la empresa no quedarse atrás.
Este aspecto tiene mucho que ver con la formación de profesionales en distintas áreas, que está teóricamente desactualizada y desconectada de la realidad digital. En este sentido, no sólo se trata de la falta de conocimientos y habilidades digitales de los trabajadores en activo, sino de aquellos que están estudiando actualmente. “Los planes de estudio deben actualizarse, si queremos que estén conectados a la velocidad digital”, indican desde Cosmomedia.
- Resistencia al cambio digital
La pandemia rompió bastantes barreras en las empresas, porque muchos negocios locales tomaron conciencia de la necesidad de estar “online”, para permanecer abierto a un público más amplio y diverso. Entonces, ¿cuál es el motivo de que todavía exista esa oposición al cambio? Principalmente se encuentra en el coste asociado, la falta de entendimiento y la falta de tiempo para poder comprender.
“Sin uso, la digitalización se diluye, por mucha implantación técnica que se haya realizado”, señalan desde la tecnológica. Como ejemplo sencillo, si disponer de una página web corporativa ya es una necesidad imperiosa para simplemente existir, la diferencia ahora se centra en dotarla de unos objetivos y una estrategia para diferenciarse y conseguir destacar.
La digitalización tiene sus barreras, pero es accesible. Con la ayuda profesional adecuada de expertos que estén especializadas en las diferentes áreas digitales, la pyme puede adaptar el servicio a lo que verdaderamente necesita.
Es importante destacar que estos obstáculos no son insuperables y que, con la ayuda experta y la implicación de las administraciones públicas, a través de los planes de ayudas y, haciendo un especial esfuerzo por facilitar la gestión empresarial, las pequeñas y medianas empresas podrán saltar estos obstáculos, para caminar en la senda digital con mayor visión, estrategia y futuro.