Todos conocemos a profesionales estancados o que incluso fracasan en sus carreras. Sin embargo, aparentemente, lo tienen todo: una buena formación, conocimientos, aptitudes, ganas… pero, no sirve. ¿Qué es lo que les puede estar ocurriendo? Tal y como sostiene Jordi Damià, CEO de Setesca Talent, compañía especializada en la identificación y captación de talento profesional, la causa está en la llamada “ceguera por fortaleza”.
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¿Cómo tener una buena carrera profesional?
En realidad, definir una buena estrategia no es tan difícil, siempre y cuando se cuente con buenos profesionales. Se trata de hacer un buen plan, luego, hacer un seguimiento de ese plan. A la hora de elaborar el plan de acción hay un conjunto de preguntas que el profesional se tiene que hacer. Automáticamente respondiéndolas, nos dan las acciones que tenemos que llevar a cabo. Esas preguntas se basan en hacer un buen análisis DAFO, de debilidades, amenazas, de fortalezas y de oportunidades. “De las debilidades, tendremos que extraer las acciones que tenemos que hacer para corregirlas, de lista de amenazas qué acciones tenemos que hacer para evitarlas…. Y así con cada uno de los puntos. Por esto, el problema es que ese análisis DAFO muy rara vez se hace bien. Tal y como sostiene Jordi Damià, la mayoría de las veces se hace mal.
La ceguera por fortaleza: el mal de muchos
La principal causa de que ese análisis DAFO en muchas ocasiones se haga mal es que muchos buenos profesionales se creen más buenos de lo que realmente son, ya que las fortalezas no dependen de como cada persona se vea a si mismo, sino de como el mercado (nuestro jefe, nuestra empresa, nuestro cliente) perciba esas fortalezas ( por ejemplo la experiencia profesional o una preparación determinada, solamente es una fortaleza si el mercado lo aprecia como tal) Y entonces ¿qué sucede? “Que, si yo me creo muy fuerte, no sé identificar todas las debilidades que tengo y, por tanto, qué acciones tengo que llevar a cabo para arreglarlo. Del mismo modo, no sé identificar las amenazas, porque no creo que haya amenazas que me puedan afectar y no voy a verlas, ni a hacer nada para preverlas. Y lo peor de todo, es que, si me creo muy fuerte, no voy a saber ver las oportunidades que hay en el mercado” afirma Damià.
Esto tiene un grave impacto: si un profesional se cree más fuerte, no arregla las debilidades que tiene, con lo cual, las mantiene y las empeora. Asimismo, no ve las amenazas que hay, con lo que, el riesgo de que le afecten será muy elevado. Y, sobre todo, no es consciente de las oportunidades que tiene para aprovechar, para mejorar, ya sea formándose como profesional, ya sea tomando una nueva alternativa profesional, etc. “Eso es la ceguera por fortaleza, aquello que no nos deja mejorar de verdad. Es necesario hacer buen análisis de las fortalezas que se tienen con respecto a los competitivos que se tiene que ser, ser muy consciente de lo que se demanda en el mercado, y ser muy honestos definiendo cómo mejorar esas debilidades, cómo evitar esas amenazas, y, sobre todo, aprovechar las oportunidades”.