Ahora que el euríbor está tan bajo, muchas entidades bancarias tratan de seducir a sus clientes con sus atractivas hipotecas fijas, cuyos intereses ya se sitúan, en muchos casos, por debajo del 2% a 30 años. A primera vista, como permiten pagar unas cuotas estables reducidas, estos préstamos pueden parecer un gran partido. Sin embargo, desde el comparador financiero HelpMyCash.com alertan de que no es oro todo lo que reluce, pues es posible que debajo de ese bonito envoltorio de bajos tipos se escondan sorpresas que, tarde o temprano, hagan que la relación con el banco se vuelva tóxica.
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Vinculación: la compañera inesperada
Para empezar, esa hipoteca fija podría tener compañeros de viaje que no siempre se tienen en cuenta: los llamados productos vinculados. Y es que, por ley, el banco puede obligar al cliente contratar un seguro de daños y/o de vida para prestarle su dinero (pueden suscribirse con cualquier compañía). Adicionalmente, también le puede exigir que se abra una cuenta para pagar las cuotas del crédito.
Asimismo, en la inmensa mayoría de los casos, los bajos intereses de las hipotecas fijas se ofrecen a cambio de contratar servicios adicionales del banco: domiciliaciones de nómina o recibos, seguros de hogar o de vida mediados por la entidad, planes de pensiones, tarjetas… Estos pueden tener un coste y, en caso de no firmarlos, el tipo aplicado sobre el préstamo será más alto.
El futuro hipotecado, por lo tanto, tiene que decidir si está dispuesto a cargar con ese equipaje o si, por el contrario, prefiere no contratar esos productos y opta por pedir financiación a un banco que no los incluya en su oferta hipotecaria. Para tomar esa decisión, habrá que calcular cuánto se pagaría con y sin esos servicios combinados y valorar si estos se adaptarían a las necesidades del cliente o no.
Ojo con las comisiones
Otra carga inesperada que puede esconderse en la letra pequeña de una hipoteca fija son las comisiones. La de apertura, que es la que se paga al formalizar la operación, es la más inconveniente, pero hay otras que también pueden hacerle pagar un dinero al cliente: la de amortización anticipada (por adelantar pagos), la de novación (por renegociar las condiciones) y la de subrogación (por trasladar el préstamo a otro banco).
Quitarse de encima a estos parientes tan molestos, no obstante, es relativamente sencillo. Se puede hacer mediante una negociación con el banco o se puede buscar a una entidad que directamente no cobre comisiones. Muchas firmas online, por ejemplo, no incluyen estos cargos en sus hipotecas: Openbank, Coinc, EVO Banco, Hipotecas.com…
Las comparaciones no son odiosas
Es recomendable que los potenciales compradores de vivienda que no elijan la primera hipoteca fija con la que se topen. A la hora de buscar financiación, a diferencia de lo que ocurre con las parejas de carne y hueso, las comparaciones no son odiosas, así que es conveniente acudir a varios bancos para ver qué oferta podría ser la más conveniente.
Tener varias propuestas entre las que elegir también puede ayudar al solicitante a negociar para obtener unas condiciones más atractivas, pues puede que uno o más bancos estén dispuestos a mejorar sus hipotecas para que ese cliente no se vaya con la competencia. En ese sentido, será más sencillo conseguir un mejor trato si el perfil presentado es bueno: un buen nivel de ahorros, trabajo estable y bien remunerado, poco o nulo endeudamiento…