El autónomo no tiene por qué saber defenderse ante una auditorio, no se ha preparado para ello ni estaba entre las asignaturas que estudió en la facultad. Sin embargo, el hecho de montar en negocio, le convierte en ‘chicho para todo’ y entre sus funciones está la de vender el negocio. No nos referimos a estar detrás de un mostrador, sino enfrentarse a un abarratado público con sed de saber más sobre lo que tienes entre manos.
Mucha gente tiene miedo a hablar en público, de hecho el 75% por ciento de la población sufre ansiedad, sudor frío, cierto temblor en la voz y se nubla cuando tiene más dos destinatarios de sus mensajes.
Para empezar, si quieres que tu discurso salga bien, prepáratelo. No dejes nada a la improvisación. Eso déjalo para más adelante, cuando ya tengas ‘tablas’ suficientes. Rodéate de material de apoyo, apuntes, presentaciones, vídeos… No sólo puedes perderte tú, sino también tu público. No olvides un vestuario digno de tu negocio y gesticula al hablar, así le darás más naturalidad a tu discurso.
Ante cualquier improvisto -se cae el micrófono al suelo… o tu mismo- ten presente que la gente que te escucha, por norma general, ama la naturalidad, por lo que está permitido reirse y actuar de manera natural. No rechaces situaciones en las que tengas que habar en público, te servirán para entrenar y convertirte en un experto en ponencias.