La crisis frena a las empresas a cambiar su imagen corporativa

Las marcas temen que modificar su identidad corporativa genere desconfianza en sus clientes.

Publicado el 22 Nov 2013

Cambio

La crisis económica nos ha dejado un escenario lleno de fusiones, absorciones y ventas que ha obligado a las marcas resultantes a modificar sus señas de identidad. Por ello, son muchas las compañías que se muestran reticentes a la hora de poner en marcha un cambio de imagen corporativa. Su principal temor es que sus clientes los asocien a movimientos empresariales y desarrollen un sentimiento de rechazo, confusión o desconfianza y acaben por abandonarlas.

Desde Agenciasdecomunicacion.org explican que las razones por las que una empresa decide dar un lavado a su imagen de marca son principalmente una ampliación de servicios, un giro comercial, una necesidad de actualizarse o un cambio en la cúpula directiva. En este último punto es dónde entrarían las fusiones, absorciones, etc.

En cualquier caso, estas modificaciones deben comunicarse con cuidado y evitar las malas interpretaciones. “Toda transformación corporativa debe planificarse teniendo en cuenta tanto al público al que se dirige la marca como a sus trabajadores. Este es un error bastante común, ya que algunas compañías centran sus esfuerzos de comunicación en el cliente final y se olvidan de sus empleados”, explica Raquel Coba, responsable del portal Agenciasdecomunicación.org.

Pensar en los trabajadores

Cambiar la imagen corporativa de una compañía es más que retocar el logo y afecta al terreno emocional, porque los consumidores desarrollan vínculos con las marcas y no les gustan los cambios, les crean incertidumbre y lo mismo les ocurre a los trabajadores de esa empresa.

El principal error que cometen las compañías a la hora de presentar su nueva imagen corporativa es no contar con una estrategia de comunicación interna: “Si el empleado no entiende las modificaciones se sentirá desligado de la nueva imagen, no sólo no la defenderá sino que no la reconocerá. Además, en la actual situación de crisis, un cambio de esta índole puede hacer pensar a cierres, en absorciones y en el trabajador en el paro”, señalan desde la entidad.

Por ello, es muy importante no sólo informar a la plantilla sino hacerle partícipe del proceso de cambio, para que viva la transición como un agente activo y no como un mero espectador.

“Toda modificación en la imagen de una empresa tiene que ir acompañada de una argumentación positiva. Hay que destacar lo beneficioso del cambio”, explica Coba, la cual aconseja presentar la renovación empresarial como un signo de crecimiento, una idea que implica una apuesta de futuro y que da seguridad al consumidor.

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Redacción TICPymes

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