Con 2 de cada 3 hogares “conectados” en España, el número de internautas supera la cifra récord de los 29 millones de personas de 10 o más años. Esta cifra supone un crecimiento del 16,2% con respecto a los datos de 2010, según un reciente estudio elaborado por el ONTSI.
Las probabilidades de que los menores accedan a Internet y se topen con sitios de pago es cada vez más elevada. Al amplio parque de conexiones en el hogar hay que añadirle la proliferación de los smartphones, tablets y demás dispositivos electrónicos con Internet. Esta situación se acrecienta aún más si se destaca que el aprendizaje de estos dispositivos se hace a edades más tempranas.
Por eso y ante la imposibilidad de aislar a los niños para evitar el problema, la mejor solución es hacerle frente y adelantarse a estas situaciones.“Como sociedad digital, que un menor se encuentre con un juego o servicio que solicita un desembolso económico mientras utiliza internet, no es tan extraño como hace unos años”, afirma Jordi Vives, responsable de Trusted Shops en España. “Por ello, debemos hacerles partícipes de la tecnología, de la misma manera que enseñamos el resto de cosas, ayudándoles a normalizarlo y enseñarles a utilizarlo de forma responsable a lo largo de su infancia y adolescencia”, concluye.
Estas recomendaciones persiguen ser una ayuda para las partes implicadas, aunque dependiendo de la edad de los menores, diferirá la forma de abordarlo.
-¿Puede mi hijo comprar legalmente por internet?
En principio, en España, los menores de edad, no emancipados, carecen de la capacidad legal exigible para prestar de forma válida su consentimiento en un contrato de compraventa. Por este motivo, el menor necesitará la autorización de sus padres o tutores. Doctrina y jurisprudencia coinciden en que la limitación de la capacidad de obrar de los menores se ha de interpretar de forma restrictiva y que se ha de atender a los usos sociales establecidos.Por lo tanto, la compra por un menor de un libro, un billete de autobús o comic se consideraría eficaz. Existen excepciones, como es en el caso de Aragón y otras comunidades forales en el que el mayor de 14 años dispone de una capacidad de obrar ampliada.
-¿Qué puedo hacer para evitar su acceso?
Los sistemas de control parental están presentes en la mayoría de los sistemas operativos de ordenadores, móviles, tablets, etc. Su configuración, detallada en los manuales de instrucciones, es sencilla y accesible para los padres y permite configurar niveles de acceso a páginas o servicios. Además, existen diversas aplicaciones que ofrecen opciones adicionales para, por ejemplo, los móviles de los menores.
-¿Puedo obtener más información acerca de cómo controlar el acceso a Internet de estos dispositivos?
Actualmente, no hay recomendaciones establecidas en esta materia por parte de organismos como el Defensor del Menor o la asociación Protégeles (miembro español del programa Safer Internet Centre de la Comisión Europea), puesto que es algo novedoso. Los chats, las redes sociales y el correo electrónico han sido en estos últimos años el foco de preocupación por su alto riesgo, pero se prevé que incorporen información y herramientas en breve.
A estos supuestos específicos sobre compras online, Trusted Shops añade y destaca especialmente a continuación varias de las recomendaciones habituales que los padres deben tener en cuenta, siempre que sus hijos accedan a internet habitualmente, relacionadas con su posible acceso a compras online:
-Navegar bajo la supervisión de un adulto. Especialmente entre los más pequeños, es importante controlar sus hábitos al navegar y conocer las páginas que frecuentan para determinar la forma de enseñarles.
-Educación de ambas partes, la mejor forma de prevenir. Los padres, deben conocer a qué se enfrentan y comprender las situaciones a las que su hijo se puede encontrar mientras juega, navega, etc. De igual forma, los niños necesitan que los padres les inculquen unas dinámicas de comportamiento, comprender el uso y el por qué de las recomendaciones de los adultos.
-Creación de perfiles de usuario específicos para los menores. Esta medida permite aislar el acceso a los datos personales y bancarios de los adultos almacenados en el dispositivo.
