Cloud es la base de las infraestructuras digitales, necesarias para alcanzar la agilidad empresarial para adaptarse a los requerimientos de negocio, en términos de continuidad, control de costes, flexibilidad y capacidad de escala y desescala.
Estas características propias del modelo son esenciales para articular un modelo de TI que respalde las estrategias de transformación de sus organizaciones y crear una oferta digital para generar valor. Sin embargo, desde el primer momento en el que una empresa se plantea una migración a la nube, es importante tener en cuenta una serie de factores y pasos necesarios que son decisivos para diseñar con éxito de una estrategia cloud.
Liderado por Ricardo Casanovas, experto en migración de entornos SAP a AWS y vicepresidente del área de Productos e Innovación SAP en Syntax, un equipo de expertos de la compañía en España ha identificado estas claves para trazar una ruta hacia cloud que cumpla con los objetivos fijados por cada empresa, y las ha acompañado de un conjunto de recomendaciones.
1. Alinear el proyecto con los objetivos de la empresa
A nivel general, para cualquier compañía es fundamental que sus proyectos en la nube estén integrados dentro de una estrategia en la nube completa en la que no importe dónde opera sus cargas de trabajo, ya sea en una nube privada, híbrida o pública. Además, esta hoja de ruta cloud debe formar parte también del plan de transformación a largo plazo para las aplicaciones, los procesos comerciales y el entorno de TI, que debe estar siempre alineada con los objetivos de negocio. El equipo de TI no debe estar solo, sino que debe trabajar con el resto de las unidades y la dirección, y eso garantizará el compromiso de la empresa con la estrategia cloud y de migración.
Para diseñarla, hay que evaluar el entorno de TI y cómo puede impactar la migración en la organización de tecnología y las unidades de negocio, y tener en cuenta el conjunto del escenario tecnológico, ya que hay muchos sistemas que se comunican entre sí. En este proceso hay que localizar cuáles son los puntos débiles de la empresa que habrá que mejorar, analizar cuál es el modelo de negocio actual y hacia dónde quiere evolucionar en el futuro.
2. Invertir en formación
Es conveniente que el equipo de TI de la organización adquiera competencias técnicas sobre cloud para conocer el camino que la empresa va a recorrer, aunque finalmente delegue el despliegue y la gestión en un proveedor de servicios en la nube, que cuente con la experiencia, los recursos y las competencias necesarias para llevar a cabo este tipo de despliegues. La colaboración entre ambos equipos será muy útil para el desarrollo del proyecto.
3. Planificar y preparar de la migración
Las conclusiones extraídas de la primera fase servirán de base para tomar la decisión sobre qué infraestructura de computación cloud y qué partner son los más adecuados, dónde se puede obtener rápidamente valor añadido, qué servicios se deberían migrar inicialmente a la nube, y también si merece la pena que algunas cargas de trabajo permanezcan fuera del entorno cloud.
Es también el momento de planificar las etapas de la migración, establecer los requisitos básicos, determinar los recursos y establecer los tiempos de ejecución. Además, hay que documentar el proyecto a través de un plan de migración detallado en el que se definen la arquitectura, el modelo operativo y las herramientas que se utilizarán, teniendo en cuenta factores como el traslado de las cargas de trabajo y las interfaces, la integración con otros sistemas, la accesibilidad y el funcionamiento de los entornos migrados.
Con el asesoramiento del proveedor de servicios cloud, se diseña la ruta de migración generando las automatizaciones que permitirán ser mucho más ágiles en la ejecución de la iniciativa, y se procederá a realizar la migración.
4. Considerar la seguridad desde el inicio del proyecto
La seguridad en la nube es uno de los elementos que se debe contemplar desde la concepción del proyecto, una fase en la que se analiza, por ejemplo, cómo ha articulado su estrategia y sistemas de seguridad el cliente, identificando dónde se encuentran las cargas de trabajo críticas y con qué sistemas interoperan, su grado de exposición a Internet o sus necesidades de cumplimiento normativo, en función de su actividad, sector y el tamaño de su equipo de TI.
Por tanto, habrá que definir qué elementos de seguridad cloud se van a utilizar en el despliegue y que determinarán la postura final de ciberseguridad de la compañía y su sistema de seguridad. También se establecerán reglas y mecanismos de cifrado del tráfico, y se prestará especial atención a las configuraciones.
5. Establecer métricas
Los beneficios de trasladar los sistemas a cloud se perciben claramente una vez concluida la migración, sobre todo, en términos de rendimiento, flexibilidad, costes y escalabilidad, pero siempre es conveniente establecer métricas que permitan comparar el estado anterior con el nuevo escenario de TI y, al mismo tiempo, fijar nuevos parámetros que faciliten el seguimiento de la evolución para que la infraestructura esté siempre optimizada y alineada con los objetivos y la estrategia de la empresa.
6. Buscar siempre la eficiencia económica y técnica
Las necesidades de las empresas varían, en función de los cambios que se producen en el mercado o la coyuntura económica. Por eso, es recomendable que la puesta en marcha de iniciativas de optimización de costes y control de la infraestructura para lograr, al mismo tiempo, una mayor eficiencia técnica.
Metodologías como FinOps permiten una adecuada gestión financiera de cloud, a través de la colaboración entre los distintos departamentos de la empresa para tomar decisiones de gasto basadas en datos y aprovechar al máximo el potencial de la infraestructura de TI. Esto se consigue, por ejemplo, redimensionando la infraestructura para que no haya equipos sobreutilizados ni infrautilizados; revisando el almacenamiento para evitar costes innecesarios o acogiéndose a los programas de ahorro de los diferentes proveedores cloud.
7. Impulsar la innovación
Una vez que la empresa ya ha evolucionado a cloud, la nueva arquitectura le permite ir un paso más allá, y tiene más capacidad para innovar, integrándola con nuevos servicios basados en tecnologías de Big Data, Internet de las Cosas, Machine Learning o Inteligencia Artificial.
“Estos proyectos son estratégicos para las compañías y no debemos engañarnos, son siempre exigentes, y hay muchos los aspectos que considerar y analizar. Por eso, elegir al integrador cloud adecuado es clave para diseñar y ejecutar la hoja de ruta que más se adapta a los objetivos de negocio específicos de cada organización”, subraya Ricardo Casanovas.