El auge de la tecnología ha provocado un alto índice de digitalización en la sociedad, lo que se traduce en una creciente demanda de dispositivos electrónicos con conexión a internet. En este contexto, el 90% de las personas que se conectan a internet lo hacen desde un smartphone, según el informe Digital 2022. Estos dispositivos ofrecen comodidad e inmediatez a sus usuarios y se han convertido en un producto indispensable en el día a día de los usuarios.
Sin embargo, cuestiones como la obsolescencia programada influyen de forma directa en la duración de la vida útil de estos dispositivos electrónicos. En este contexto, el Parlamento Europeo ha aprobado la ley sobre el ‘Derecho a reparar’, a través de la cual, Europa prohíbe prácticas comerciales como la obsolescencia programada, que fuerza a los consumidores a cambiar sus dispositivos en un periodo de tiempo determinado, y pone el foco en promover una economía circular. Según esta institución parlamentaria, 7 de cada 10 usuarios preferirían reparar sus dispositivos antes de adquirir uno nuevo. Pese a ello, lo cierto es que 4 de cada 10 lo sustituyen más de una vez al año, según Acierto. Para poner fin a esta tendencia, el ‘Derecho a reparar’ pretende acabar con la obsolescencia programada y promover una economía circular donde los dispositivos sean más duraderos y sostenibles.
En este contexto, ANOVO, empresa líder en servicios de postventa tecnológica, afirma que “fomentar unas prácticas comerciales sostenibles es el primer paso para evolucionar hacia una industria más consciente y respetuosa con el medio ambiente”. En la misma línea, asegura que “es una ley que protege los derechos de los consumidores y pone en valor el trabajo realizado por los servicios de postventa”. Sobre esta nueva legislación, ANOVO reconoce que, gracias a la ‘Ley de Garantías’, “España lidera este cambio de paradigma y ya ha ampliado la garantía de los dispositivos a tres años, regulación que favorece la reparación en lugar de la sustitución”.
Así pues, para lograr que la reparación se convierta en la primera opción para los consumidores, es indispensable que exista un marco regulatorio que trate aspectos como la durabilidad y la apuesta por los diseños sostenibles. Esta regulación priorizará reducir sustancialmente el impacto medioambiental que tienen los dispositivos tecnológicos que, según The Shift Project, representan el 4% de las emisiones mundiales de CO2. Para revertir esta situación ANOVO defiende la importancia de impulsar los servicios de postventa oficiales, “un espacio donde los consumidores deben verse amparados por la garantía ofrecida por el fabricante y por la profesionalidad de un equipo de expertos enfocados en alargar al máximo la vida útil de los dispositivos”.