“Programar es como preparar una cena“, así lo expresó Grace Hopper, una de las programadoras pioneras de Eniac -empresa creadora del primer ordenador programable- hace casi 65 años en la edición estadounidense de la revista Cosmopolitan. Aunque cargado de clichés de la época, el reportaje, titulado “Las chicas informáticas”, ponía en valor las habilidades innatas de las mujeres a la hora de programar y acompañaba la información con una fotografía de una joven programadora de IBM en aquellos años.
En contra de lo que podamos pensar, esa imagen era más habitual entonces que hoy en día. Y es que el escritor Clive Thompson en su libro ‘Programadores. La creación de una nueva tribu y la recreación del mundo’ asegura que antes de la llegada del ordenador personal, las mujeres eran casi la mitad de las empleadas encargadas de programarlos. En 1985 un 30% de los alumnos de Informática en España eran mujeres, porcentaje que cayó hasta el 12% en 2016, según conclusiones de una investigación llevada a cabo por Juan Julián Merelo y Cecilia Merelo.
Ese panorama choca con las cifras actuales. Y es que el sector STEM es una de esas áreas donde la presencia de la mujer no crece al nivel que debería según su participación en la sociedad, sino que incluso retrocede, creando lo que se conoce como la brecha STEM. Se calcula que solo 3 de cada 10 mujeres en el mundo estudian carreras STEM. Cifra que desciende hasta el 8% en carreras de Ingeniería y el 3% en aquellas relacionadas con tecnologías de la información.
Tal y como comenta Lula Ballarino, Directora General de Womenalia, “según el estudio ‘Women in the digital Age’, incorporar a más mujeres en empleos digitales tendría un beneficio para la economía de hasta 16 billones de euros anuales para el PIB conjunto de la UE. Se necesitan mujeres referentes que acerquen lo apasionante de sus trabajos y su ejemplo para servir de impulso a las generaciones futuras. Si creces escuchando “esto no es para ti” o “esto es de chicos”, lo acabas interiorizando. Y el mundo tech no es exclusivo de los hombres, no es cuestión de sexo; sino, como todo en esta vida, de conocimientos, actitud y aptitud. Debemos acabar con esas creencias limitantes. La tecnología, la transformación digital es una oportunidad laboral que las mujeres no podemos dejar escapar”.
¿Por qué es tan difícil ahora para las mujeres acercarse al mundo de la programación?
- Estereotipos de género: el ámbito STEM se continúa percibiendo como eminentemente masculino. De hecho, como señala el ‘Libro blanco del desarrollo español de los videojuegos’, las tecnologías están social y culturalmente definidas como masculinas y las competencias tecnológicas son entendidas como competencias propias del género masculino.
- Sesgos inconscientes en IA: uno de los casos más sonados de discriminación por parte de la Inteligencia Artificial se dio con Amazon hace unos años, cuando tuvo que retirar un software de reclutamiento de trabajadores por discriminar de sus ofertas en puestos técnicos a las mujeres. La razón de este comportamiento se debía simplemente a que el sistema de IA aprendió de los perfiles de solicitantes de empleo en los últimos años, que eran predominantemente masculinos. Por ello, es fundamental contar con una base de datos actualizada, representativa de todos los perfiles y que no esté sesgada, pues de ella se alimentará y aprenderá la IA.
- Escasez de referentes femeninos: cuando se habla de ciencia y tecnología, la inmensa mayoría de los referentes que vienen a nuestra memoria son masculinos. La escasa visibilidad de la mujer en áreas STEM provoca poco interés por parte de las niñas en carreras cada vez más demandadas. De hecho, solo un 7% de ellas se ve como científicas en el futuro, según datos de la Iniciativa 11 de Febrero. Esto también sucede en el cine. De hecho, en las películas más populares de Hollywood los científicos masculinos superan a sus colegas femeninas en una proporción de 2 a 1 y ellas son generalmente blancas, atractivas, sin hijos y solteras.
Conscientes de este panorama y coincidiendo con la celebración del “Día de Ada Lovelace” o el “Día de la Mujer Programadora”, que conmemora, desde hace nueve años, a Ada Lovelace como la primera programadora de la historia, Ironhack -escuela especializada en formación de talento digital de forma intensiva- y Womenalia -empresa de impacto social dedicada a apoyar a las mujeres en su desarrollo profesional- organizan una jornada bajo el lema “Mujer, programación y sesgos inconscientes”, que tendrá lugar el próximo miércoles 13 de octubre en la sede de la escuela en Madrid.
Los objetivos de esta cita no son otros que generar conciencia sobre la problemática de la falta de mujeres en el mundo de la programación y las consecuencias de los sesgos de género en lA, así como dar visibilidad a referentes femeninas que trabajan en el sector de la programación, para promover las carreras STEM en general y el mundo de la programación en particular. En la jornada se darán cita expertas del sector como Nohemy Veiga, Lead Data Scientist de Everis; Idoia Salazar, presidenta y co-fundadora del Observatorio del Impacto Ético y Social de la Inteligencia Artificial (OdiseIA) y autora del libro ‘El algoritmo y yo: Guía de convivencia entre seres humanos y artificiales’, y Silvia Cobo Gómez, Desarrolladora, Sysadmin, Ciberseguridad y SRE de Clarity AI.