Madrugar de lunes a viernes, preparar el desayuno, dejar a los hijos en el colegio y desplazarse a la oficina, fue por muchos años la rutina de cientos y miles de trabajadores alrededor del mundo. Y como toda rutina se respetaba y se seguía al pie de la letra, aun cuando estudios de diferentes universidades han demostrado que la primera hora del día es de las más productivas para desarrollar tareas que requieran de planeación, creatividad e innovación.
Para bien o para mal este panorama dejó de existir en el 2020, un año de reset a nivel global en el que las cosas dejaron de ser como antes, incluida la automática rutina diaria de las mañanas. En el 2020 pasaron cosas tan impensables como trabajar desde casa y en el 2021 están pasando cosas tan paradójicas como querer ir a la oficina para distanciarse del trabajo. ¿A qué se debe esto? ¿El futuro seguirá siendo el home office? ¿Hacia dónde avanzan las empresas?
Así como la pandemia cambió el ritmo en las labores diarias, la transformación digital ha venido generando cambios en la naturaleza propia de las empresas, al punto de llevarlas hoy a implementar el modelo de trabajo híbrido, una combinación de trabajo remoto con asistencia esporádica a la oficina.
Un modelo híbrido que tenga éxito puede llegar a replantear aspectos tan amplios como la existencia de megaurbes donde las personas gastan tres horas diarias en desplazamientos, pues con esta nueva forma de trabajar, el horario de oficina resulta siendo poco relevante ya que lo importante es que la apuesta de las empresas esté enfocada en que la presencialidad se convierta en un plus para los colaboradores. Ya no necesitamos solo de espacios físicos porque esos los tenemos en casa, sino espacios atrayentes que faciliten la interacción, que generen el diálogo y promuevan la distensión.
La tecnología apoya y facilita la reserva de espacios, garantizando la seguridad de los colaboradores
En estos momentos, existen en el mercado herramientas que facilita este proceso es Workspace Management, y que permite -en el caso de las oficinas donde no hay puestos asignados- hacer la reserva de espacios, revisar con quién se compartirá oficina, ver qué porcentaje de colaboradores las aprovechan, analizar el uso que les dan, conocer qué áreas son las más propensas a usar este modelo y entender las razones que hay detrás, y en base a esa información utilizar de forma continua el modelo híbrido.
Este es un paso más en la transformación digital que han emprendido las empresas, entender la tecnología como una herramienta que optimiza sus procesos internos, que las hace más eficientes, que al ubicarla en el centro del negocio no solo les permite ahorrar costos y acelerar procedimientos, sino mejorar su estrategia y su alcance.
Sabemos que las empresas que rehúsan esta transformación digital, corren un alto riesgo porque en todos los sectores están irrumpiendo nuevos actores digitales y si no están listas para competir podrían quedar fuera de juego; a esto se añade que los cambios de hábitos de los consumidores son muy rápidos y disruptivos y el modelo digital es imprescindible para entender y reaccionar con rapidez ante estos cambios, sin ese modelo corren el riesgo de que un gran cambio en los hábitos de consumo las saque del mercado.