Si bien es cierto que ninguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 menciona la movilidad como desafío para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad, los despliegues de las Smart Cities por todo el mundo sí que cuentan con proyectos de movilidad sostenible en la inmensa mayoría de los casos.
La creación de Smart Cities debe seguir un plan estratégico y tener visión sobre las necesidades de los ciudadanos en cuanto a la movilidad y transporte. Al mismo tiempo, la regulación de los desarrollos en las grandes ciudades por parte de la Administración Pública debe adaptarse a la misma velocidad que lo hacen las personas que viven en ellas. Por ello, la consultora de desarrollo digital española Syntonize ha reunido los tres retos más importantes que supone para la movilidad el cumplimiento de los ODS.
1. Saturación de las ciudades. Uno de los mayores problemas para el año 2030 es la saturación a la que se está llegando en las ciudades. Según los datos más recientes facilitados por la Dirección General de Tráfico, en España hay 24.558.126 de coches circulando, es decir, prácticamente un vehículo para cada dos personas.
Especialmente grave es esta situación en las grandes conurbaciones como Madrid o Barcelona, en las que ya se ha vuelto a niveles de atasco previos al confinamiento de marzo de 2020. Pero no solo ahí: el 82% de la población española es urbana y se concentra en el 21% del territorio. Precisamente por eso, se espera un mayor control de la entrada y salida de los vehículos particulares en las ciudades para el año 2030. Según los expertos, incluso se llegaría a la prohibición absoluta del transporte privado en los núcleos urbanos más densos.
Se baraja también la posibilidad de cargar al ciudadano por los costes que producen a los demás: por ejemplo, que a un ciudadano que vive en la sierra de Madrid, se le cobre por permitirle aparcar su vehículo en el centro de la ciudad.
2. Nuevos medios de transporte. El mayor reto para la Administración Pública es ofrecer “Mobility-As-A-Service”, es decir una solución potente y alternativa para el transporte en forma de vehículos compartidos o transporte público más dinámico y automatizado, así como nuevas maneras de moverse por la ciudad, como los patinetes o motocicletas por minutos.
Por ejemplo, el ámbito de la Nueva Centralidad del Este en Madrid ha hecho una interesante apuesta por la movilidad sostenible e inteligente, planificando la construcción de vías adaptadas para todo tipo de vehículos eléctricos.
3. Tecnología y transporte en 2030. La conectividad 5G y las nuevas tecnologías, como el IoT o la Inteligencia Artificial, prometen un sistema de transporte interconectado, ágil y dinámico que puede aportar numerosos beneficios, no solo sociales sino también medioambientales.
El IoT podría permitir la automatización de todos los sistemas internos de transporte en una ciudad, lo que optimizaría el transporte. Esto se traduciría en menos tiempos de espera, desplazamientos más rápidos, mayor seguridad y menor contaminación.
Mediante la Inteligencia Artificial, se podría crear un sistema de gestión interno que facilitase y optimizase los servicios que la ciudad ofrece.
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La IA podría llegar a controlar el volumen de transportes públicos disponibles según la demanda.
El Big Data también puede mejorar el rendimiento y el mantenimiento de las vías y otras infraestructuras, así como reducir las congestiones y los tiempos de viaje redirigiendo flujos por zonas menos saturadas, ayudando también al control de emisiones. Estas tecnologías desdibujan los parámetros pasados para crear una nueva manera de desplazarse en las ciudades.
“En realidad, hablamos de movilidad sostenible desde hace años ya y los ODS 11 (ciudades sostenibles), 12 (producción y consumo responsable) y 13 (acción por el clima) sí que procuran, aunque sea indirectamente, una apuesta por la transformación en la manera en la que se producen los desplazamientos en las ciudades”, afirma Juan Quintanilla, director general de Syntonize. “El transporte consume una tercera parte de la energía de la Unión Europea y la mayor parte son petróleo o derivados, lo que significa que el transporte es responsable de una gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE. Se trata de una situación insostenible que la tecnología puede ayudar a superar”.
Rutinas que podemos transformar para mejorar la movilidad sostenible
En el ámbito de la movilidad, el e-commerce también genera controversias debido al alto volumen de envíos (incluyendo devoluciones, y por tanto, dobles tránsitos) y la logística que precisa para llegar a tiempo –cada vez de forma más urgente y no necesariamente sostenible, óptima ni eficiente- al destinatario.
Por ejemplo, la Nueva Centralidad del Este en Madrid, en su apuesta por la sostenibilidad y por conseguir “la ciudad de los 15 minutos” –un concepto popularizado por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo y que persigue que los habitantes de la ciudad pueden tener acceso a la mayoría de sus necesidades esenciales a quince minutos de distancia a pie o en bicicleta-, quiere dar cabida a actividades económicas de innovación y podría acoger un gran hub desde el que recepcionar paquetes y gestionar su distribución en el centro de la capital mediante vehículos de reparto sostenibles y eficientes.
“El ODS 12 nos habla de consumo responsable y tenemos que pensar en la huella que emitimos en cada acción que realizamos. Ya no se trata solamente de mirar etiquetados para comprobar el uso de plásticos o químicos perjudiciales sino en preguntarnos si de verdad necesitamos ese producto y si lo necesitamos realmente dentro de dos horas en la puerta de nuestra casa”, continúa Quintanilla. “En este sentido, podemos priorizar la compra de productos de cercanía, entregas en bicicleta o incluso opciones de recogida en local para evitar la emisión de residuos en nuestro nombre”.
Por otro lado, en muchas ocasiones, la inadaptabilidad de los organismos gubernamentales provoca que la sociedad se mueva a ritmos muchos más rápidos de lo que lo hacen las leyes y las normativas sobre regulación del transporte: solo aparecen normativas que solucionan parcialmente los problemas a los que las sociedades de los núcleos urbanos se enfrentan.
El reto de la administración pública debe ser la de unificar todos los medios de transporte en una sola aplicación o servicio. “Creemos que la solución pasa por plantear la movilidad de las Smart Cities como un servicio: la cantidad de datos de los que se disponen gracias a la IA o al IoT debe ser tratados para optimizar los sistemas y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos”, puntualiza Quintanilla.