La hiperconectividad en la que vive la sociedad hoy en día es una realidad que lleva muchos años en auge y no para de crecer. Esto, también ha cambiado la forma de relacionarse de las personas con su propia salud y autocuidado. Por ello, hoy en día, internet juega un papel clave en las nuevas tendencias relacionadas con la salud. O esto se desprende de los resultados del III Barómetro sobre Autocuidado de la población española elaborado por PiC, marca especialista en productos para el autocuidado de la salud, según los cuales, nos enfrentamos a los e-pacientes, ya que la mitad de los españoles (48,8%) acude de manera continua al Doctor Google tras visitar al médico.
Pero este cambio en el paradigma no es solo tras acudir al médico, sino que se trata de una rutina instaurada en los hábitos de los españoles: el 76,7% consultan información de manera recurrente en internet, sea para cuestiones generales de autocuidado, o para cosas concretas. Estas búsquedas de información a un solo click se dividen en diversas fuentes, principalmente en Blogs profesionales de la salud (55,1%) y páginas profesionales (52,7%), pero, lo alarmante, es que 1 de cada 4 acude tanto a Wikipedia como fuente de información (27,1%) como a blogs en los que interviene población en general (25%), pudiendo caer en la desinformación de la red, ya que además, más de la mitad de los encuestados afirman fiarse de lo que encuentren online, aunque más tarde lo consulten con un especialista.
Incrementa el porcentaje de españoles que afirma padecer una enfermedad crónica
Más allá de los habitos online de consulta de los encuestados, volviendo al tema del autocuidado en sí, el porcentaje de españoles que afirma tener una enfermedad crónica tratable por estos métodos, llegando a un 61,1%, una subida notable en comparación con 2018 que se situaba en un 46,2%. Este crecimiento se atribuye principalmente a que los encuestados afirman padecer en mayor medida enfermedades crónicas de diferente índole, como pueden ser el dolor de espalda, casi para un 1 de cada 4 ecuestados con un 23,5%, las migrañas, que crecen hasta un 16% este año, la hipertensión, que gana un punto en comparación a la anterior encuesta situándose en un 13,6% y el asma, que se mantiene prácticamente en los mismos niveles con un 11,8%.
Pero, además, las diferencias no solo son notables de un año a otro, sino también entre géneros. Mientras 1 de cada 5 mujeres afirman que padecen migrañas de manera recurrente como principal problema crónico, los hombres aseguran que la hipertensión es su gran problema (16,5%). Aunque ambos están de acuerdo en que el dolor de espalda es su mayor molestia, como se destacaba en listado.
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Aptitud y actitud: la importancia del autocuidado
Esta subida de los datos reafirma la importancia del autocuidado. El autocuidado, como aptitud y actitud es una combinación de información que deben aportar profesionales de la salud y constancia voluntaria para llevar a cabo diferentes prácticas, algo que debe hacerse de forma sistemática con el objetivo de no solo de consevar la salud, sino también de prevenir y tratar enfermedades crónicas que pueden paliarse o suavizar sus efectos mediante estas prácticas.
Queda claro que, aunque los encuestados se decanten por ciertas prácticas como la definición del autocuidado, como alimentarse de manera adecuada (81,8%), mantener una actividad física regular (77%) o controlar de manera habitual los parámetros de salud como peso, tensión, azúcar, etc. (67,2%), las prácticas de autocuidado deben estar siempre supervisadas por profesionales que adecúen a las necesidades de cada persona basándose en su edad, género o situación de salud entre otras características, para lograr verdaderamente aplicar de manera acertada los beneficios de un autocuidado correcto.
El autocuidado, cosa de uno mismo para la gran mayoría
Además de reconocer ciertas prácticas que se engloban en el autocuidado, los españoles tienen claro quién se encarga de aplicar estos cuidados de forma sistemática: ellos mismos. Así, más del 75% de los encuestados afirma que, en su caso, son ellos mismos quienes son responsbales de realizar las prácticas que conlleva. El resto, delegan esta responsabilidad en sus parejas (11,4%) y en sus padres (10,8%) y de manera residual en hijos y abuelos.
En este caso, vuelve a ver disparidad en las afirmaciones de en quién se deriva el autocuidado cuando no es uno mismo quien lo realiza; mientras los hombres confían en sus parejas para que apliquen estas prácticas en ellos (19,8%), las mujeres depositan esa confianza en sus padres (12,3%).