Sin duda alguna, Internet ha transformado la sociedad hasta límites inimaginables. Una sociedad digital en la que, gracias a la Red de redes, nos formamos, informamos, divertimos, compramos… en apenas minutos, desde cualquier lugar, de forma rápida y sencilla.
Internet y las nuevas tecnologías han permitido que, incluso, surjan nuevos modelos de negocio o que los más tradicionales se transformen.
Es el caso del llamado sector legaltech o lo que es lo mismo la aplicación y uso de la tecnología a la prestación o a la comercialización de servicios legales, un término que proviene de la palabra anglosajona “Legal Technology” y que se comenzó a utilizar en Estados Unidos y Reino Unido al comienzo del año 2000.
Una ayuda que no sólo repercute en el propio trabajo de los abogados sino que, y esto es lo más importante, acerca la justicia al ciudadano.
Desde cualquier lugar del mundo, por recóndito que sea, con una conexión a Internet, cualquier persona puede acceder a los servicios legales necesarios como es el caso de una reclamación contra una entidad bancaria o contra una aerolínea.
Pero, además, la utilización de tecnología permite que estos servicios sean, por un lado, mucho más rápidos
La mera presentación de documentación, su cotejo y análisis, puede realizarse de forma segura a través de tecnologías de automatización o big data, reduciendo así el tiempo que suele conllevar el inicio de cualquier procedimiento legal.
Así, en el caso por ejemplo de una reclamación a una aerolínea, el viajero afectado puede iniciar su reclamación con tan solo completar un formulario online y que no le llevará más de 5 minutos.
Tras presentar su “caso”, esa base tecnológica permitirá que un sistema de inteligencia artificial y reconocimiento visual de documentación, podrá determinar si es susceptible de ser reclamada la incidencia, y si lo es, calcular automáticamente la indemnización mínima que se puede llegar a percibir y generar la documentación necesaria de forma dinámica para el abogado.
Por otro lado, no olvidamos que este acceso más automático y sencillo a los servicios legales hace que su precio también pueda ser menor
La tecnología hace estos procesos mucho más eficientes en términos de coste y de tiempo y esa minoración de los gastos puede utilizarse para potenciar otros aspectos, como al personalización del servicio.
Un nuevo escenario en el que es posible “democratizar” la justicia, poniéndola al alcance de todos
Por ello, las nuevas tecnologías son, sin duda, un aliado, un complemento a la profesionalidad, experiencia y conocimiento de los abogados que no podemos dejar pasar por alto y que permite redefinir el sector jurídico, acercándolo al usuario, personalizando su servicio y optimizando los resultados.
En definitiva, el futuro será legaltech o no será.