Pere Vigo, Director de Soporte de Ekon
No hace falta estar suscritos a sesudos estudios de consultoras para palpar el ambiente: las empresas están migrando a la nube, y nosotros no deberíamos ser los últimos en enterarnos. Sin embargo, hay un consenso común en dichos estudios: más del 90% de las empresas encuestadas indican que migrarán de forma parcial o total a entornos Cloud en los próximos 5 años. Este cambio, aseguran, es imprescindible para adaptarse a las nuevas demandas del mercado y seguir siendo competitivo. Pero puesto que debemos emprender el viaje, ¿qué es lo que necesito hacer?
1.- Disponer de una estrategia de infraestructuras. La migración a un entorno Cloud no se puede enfocar como una tarea o proceso únicamente del área de IT, debido a que afectará a toda la organización. Por ello se debe disponer de una estrategia que implique a todos los departamentos que la componen, debiéndose establecer los mecanismos de colaboración necesarios, así como un comité de dirección del proyecto de migración que permita dar respuesta a las diferentes necesidades e inquietudes que cada departamento de la organización presenta.
2.- Análisis detallado de las aplicaciones. En un entorno Cloud, es primordial la simplificación de los entornos, debiéndose establecer una estrategia clara para su reducción (un mismo Sistema Operativo, Gestor de Base de Datos, etc.). De esta forma se podrán aprovechar las ventajas de escalabilidad y elasticidad que aporta Cloud, así como ajustar los costes de estas infraestructuras dado que se va a pagar por el uso de las mismas.
3.- Simulación de costes. Los diferentes modelos de servicio Cloud (SaaS, IaaS y PaaS) aportan como valor principal la capacidad de adecuar los costes del servicio al consumo que se realiza de los recursos contratados. En el caso de SaaS al estar asociados al número de usuarios que utilicen la aplicación, son fácilmente medibles y controlables. Esto quiere decir que si hay que hacer una reestructuración de usuarios, ya sea aumentando o reduciendo su número, la decisión se puede tomar de mes a mes sin preocuparse de la caducidad anual de las licencias.
4.- Disponer de un plan detallado de la migración. Se recomienda realizar la migración de forma escalonada y en diferentes fases, de forma que se minimice el impacto en la organización, ya que se reducen los riesgos, aunque se incremente el periodo de tiempo necesario.
El plan se ajustará al análisis de las aplicaciones realizado previamente, llegando a plantear diferentes escenarios:
- Apagar y levantar: se aplicará a las aplicaciones que se migren en base al modelo IaaS privado, traspasando el servicio a máquinas virtuales proporcionadas por el proveedor de Cloud.
- Implantar y migrar: se aplicará a las aplicaciones de nueva implantación en la organización, habitualmente en modelo SaaS, y que sustituyen parcial o totalmente a aplicaciones obsoletas.
- Apagar y desmantelar: se aplicará a aquellas aplicaciones que, o bien sean obsoletas o bien no aporten valor a la organización.
5.- Comunicación y formación. Uno de los aspectos que no se contempla con la suficiente antelación es la comunicación a toda la organización de los objetivos que se persiguen con el cambio a emprender, las ventajas que se obtendrán (tanto operativas como económicas) así como las restricciones que plantea el nuevo modelo (muchas de las operativas actuales se verán afectadas).
El siguiente aspecto fundamental es la formación de todos los usuarios afectados en la utilización y aprovechamiento de las capacidades que ofrece el nuevo modelo. En caso contrario, no serán utilizadas de forma generalizada y se perderá parte importante de la inversión realizada.
Estos 5 puntos son fundamentales para abordar con éxito una migración al entorno Cloud, y permitirá a la organización desde evaluar la conveniencia de dicha migración hasta dimensionarla (de forma parcial o total) de forma correcta.