Cada vez llegan al mercado nuevas soluciones para atajar el problema de las pantallas rotas, y una de las mejores es la de PanzerGlass.
El secreto radica en la placa de vidrio japonés endurecido a temperaturas superiores a los 500 grados centígrados durante un periodo de 5 horas. Una vez pasa este proceso utilizan diamante para cortar unas capas finísimas que acabarán formando un producto altamente resistente que además cuenta con una capa oleofóbica para que no queden huellas dactilares en la pantalla tras su uso.
El protector está formado por cuatro capas. Desde el interior hacia la superficie: una capa de silicona para fijar el PanzerGlass a la pantalla del móvil, otra anti resquebrajamientos, la propia lámina de vidrio templado y una última oleófoba que repele las huellas de los dedos. El conjunto da un grosor de apenas 0,4 milímetros y añade nueve gramos al peso del móvil (dependiendo del tamaño elegido).
La claridad de visión o sensibilidad en la pantalla está muy bien cuidada y los precios dependen mucho del modelo de teléfono, tipo de protección y tamaño de pantalla, pero arranca en unos razonables 15 euros.