Según los datos que manejan las instituciones comunitarias, la financiación alcanzada a través de plataformas de crowdfunding creció desde de los 1.600 millones de euros en 2014 hasta los 4.200 millones el año pasado. De esta cantidad, 4.100 correspondieron a modelos en los que la contribución suponía algún tipo de rendimiento para los inversores. Sin embargo, la Comisión Europea cree que no existen “argumentos sólidos” que justifiquen la necesidad de regular el sector.
En un informe sobre este sector, esta institución se basa en que es una práctica que cambia “rápidamente” y que los marcos legales nacionales que se han establecido tienen un enfoque local. Señala que varios Estados miembros han establecido marcos jurídicos nacionales para apoyar el crecimiento de este sector y asegurar una protección adecuada para los inversores.
No obstante, desde Bruselas han afirmado que seguirán analizando la evolución del crowdfunding y que se reunirán dos veces al año con las autoridades y con actores del sector, de forma que se asegure que es capaz de responder a tiempo en caso de que sea necesario plantear una convergencia legal a nivel europeo.
Por otra parte, la Comisión Europea ha destacado que apoyar modos innovadores “para conectar los ahorros al crecimiento y diversificar las fuentes de financiación de las empresas europeas” es crucial para mejorar el “crecimiento y la creación de empleo” entre los estados miembros.