El Crowdfunding o financiación colectiva es un proceso que permite a personas y emprendedores, que no cuentan con los fondos necesarios, hacer realidad una idea. El proyecto y la propuesta de financiación se presentan a una plataforma de Internet. Esta valora y aprueba el proyecto y lanza una campaña publicitaria online para recaudar el presupuesto que permita financiar la iniciativa, sea esta de carácter cultural, social, deportiva, o empresarial. La plataforma cobra por este trabajo, una comisión del 4% al 8% del total de la recaudación.
Invertir en una plataforma de Crowdfunding es una actividad que está regulada desde el 16 de abril de 2015, cuando el Congreso aprobó la Ley de Financiación Empresarial, y designó a la La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como responsable de la supervisión, inspección y sanción de los proyectos que se acojan a este modelo de financiación.
Para invertir en crowdfunding hay que tener en cuenta la naturaleza del intercambio, ya que en la actualidad existen cuatro tipos de crowdfunding
- Donación: enfocado a proyectos solidarios humanitarios, los donantes aportan un importe a un proyecto en concepto de donación, desinteresadamente, no reciben nada a cambio, más allá de su satisfacción personal. Ejemplo:”la Marató de TV3″
- Recompensa: aportación al desarrollo de un producto creativo, a cambio de una compensación no monetaria. Se considera una preventa. Ejemplo: un ejemplar del libro o una entrada para ver la película.
- Inversión: la inversión se realiza en el capital de una empresa. El inversor se convierte en accionista de la misma. En otros casos recibe una participación, o beneficios como contraprestación a su aportación. Esta modalidad es también conocida como Equity Crowdfunding. Hasta el momento este tipo de inversión es considerada de alto riesgo, ya que está más relacionado con nuevas empresas o proyectos, y el retorno de la inversión es más incierto, lo que supone un mayor riesgo de la inversión.
- Préstamo: esta financiación se realiza a empresas o a particulares. El prestamista recibirá, previo acuerdo, un tipo de interés según lo aportado. Quien recibe el préstamo tiene la obligación de devolver el dinero, estableciendo un calendario de pagos con un interés fijo, según lo pactado. El prestamista se convierte así en un micro banco. Esta es la modalidad conocida como Crowdlending. Por lo general suele aplicarse a empresas consolidadas, que llevan años facturando e incluso creciendo en ventas, y los préstamos se amortizan mensualmente, lo que ayuda a reducir el riesgo de la cartera de inversión.
No todas las plataformas de Crowdfunding que operan en Internet tienen la preparación requerida para realizar una correcta gestión de los fondos y mantener un adecuado intercambio de información entre las partes implicadas. De hecho, la cantidad de plataformas que existen es infinitamente superior, (variaciones de crecimiento anual del 85%) en relación a las empresas o profesionales, formados en detectar necesidades en comunidades y ofrecer soluciones de comunicación entre la comunidad y el emprendedor.
La informalidad de algunas plataformas tiene consecuencias negativas para los inversores, la escasa liquidez y solvencia dificulta la realización los proyectos y las pérdidas que esto puede ocasionar. La falta de transparencia a la hora de seleccionar iniciativas, préstamos y comisiones también ha constituido motivo de críticas a este mercado alternativo, conocido como banca en la sombra.
Gastón Luis Apraiz, director financiero de la Compañía inverpriban.com ha señalado “La tendencia de invertir en crowdfunding tiene aspectos positivos, desde el punto de vista de la modalidad de donaciones, por la implicación social y humanitaria que esto conlleva; no así en el funcionamiento de otros tipos de plataformas que se rigen más por el aspecto financiero, a las que en muchas ocasiones va asociada la incertidumbre, tanto para los participantes como para los inversores”.