Una adaptación desorganizada de la normativa SEPA ha confundido a las pymes

Expertos de Datisa aseguran que las diferentes interpretaciones de la norma por parte de algunos bancos han sido la nota dominante en el proceso de adaptación.

Publicado el 03 Feb 2015

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Tras varios meses desde la entrada en vigor efectiva de la normativa SEPA, desde Datisa se asegura que el proceso de adaptación ha sido, en muchos casos caótico, provocando que muchas pymes cometieran diversos errores en sus procesos de cobro y pago.

Aunque se trata de una situación prácticamente superada, pues según las mismas fuentes, el 90% de las pequeñas y medianas empresas que operan en nuestro país, están ya adaptadas a la normativa europea, lo cierto es que la falta de un criterio homogéneo en tiempo y forma para las entidades bancarias y la falta de información en muchos casos, provocó que las empresas cometieran errores.

Algunas de las situaciones con las que las muchas pymes se encontraron en la puesta en marcha:

– Entidades que disponían de varias versiones de estructura de los ficheros, algunas incompatibles entre sí.

– Ficheros que incluían campos adicionales noobligatorios. Algunos bancos solicitaron campos que según la norma no eran necesarios.

– Personal que carecía de información suficiente para gestionar el cambio y un soporte técnico, literalmente “colapsado” e incapaz de resolver todas las consultas relacionadas con estos nuevos ficheros.

En general, las pymes han echado en falta más información, no sólo por parte de los bancos, sino también a nivel institucional. A pesar de todo, lo cierto es que a día de hoy, casi todas las empresas y demás agentes implicados en el proceso, han conseguido adaptarse a la SEPA, si bien aún se puede hablar de un 10% de organizaciones que siguen utilizando las normas 58 y 19.

A la hora de aplicar la norma, ha habido diversas interpretaciones de la misma, por parte de las entidades bancarias y eso ha complicado a los usuarios. Por ejemplo en los adeudos Básico o Core algunos bancos están exigiendo mandato cuando es optativo”, afirma Isabel Pomar, directora comercial de Datisa.

Toda esta dinámica ha llevado a las pequeñas y medianas empresas a cometer errores en sus gestiones de cobro y pago y, en muchos casos, les ha obligado a repetir el proceso a la hora de pasar recibos o remesas, algo, particularmente delicado, en un momento como el actual en el que la fragilidad de la liquidez de las pymes puede ocasionar graves problemas.

Es recomendable seguir apoyándose en proveedores tecnológicos para afrontar la gestión del cambio. Con ello, las pymes podrán minimizar el impacto negativo de la falta de homogenización e información en el proceso.

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Redacción TICPymes

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