El Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha firmado un acuerdo con la Comisión Europea y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) en Madrid, por el que España será el primer país de la UE en aplicar una variante del famoso plan Plan Juncker. Tras dos años de negociación, las comunidades autónomas han aceptado renunciar al control de 800 millones de euros de Fondos Estructurales comunitarios, previstos para pequeñas y medianas empresas. Y con esa cantidad la UE creará y gestionará, a través del BEI, un fondo que pretende movilizar entre 3.200 y 5.300 millones de euros en créditos.
Esto es, que se use el dinero como garantía para absorber las hipotéticas primeras pérdidas en caso de impago, lo que elimina riesgo de mora para las entidades financieras y podría multiplicar por entre cuatro y siete el potencial de esos 800 millones, según cálculos del equipo del vicepresidente de la Comisión para el Crecimiento y el Empleo Jyrki Katainen. “Esto es una buena noticia para la economía española, para la economía europea y para la creación de empleo”, ha añadido el vicepresidente.
Según el BEI, en breve publicará una convocatoria abierta invitando a los bancos y a otros intermediarios financieros a participar. Una vez seleccionadas, estas entidades informarán a las pymes españolas de las nuevas oportunidades de financiación. Si se cumplen los plazos, los primeros préstamos estarán disponibles en verano.
Fuentes del sector financiero son escépticas sobre el efecto de este mecanismo, pero creen que sí podría abaratar los tipos de los créditos si el BEI asume ese primer riesgo. España será el laboratorio, pero la Comisión negocia ya la aplicación de la iniciativa con otros países.