Desde hace unos años, el concepto ‘amigo’ se ha ampliado enormemente con la aparición de las redes sociales, especialmente Facebook, y ahora, aunque no hayamos salido de nuestro pueblo nunca, podemos tener amigos a miles de kilómetros. Antes no se nos ocurría contar nuestras intimidades o inquietudes a cualquier individuo con el que nos cruzáramos por el parque y, sin embargo, hoy en día parece que todo el mundo tiene interés hasta por lo que hemos comido o las horas que hemos dormido.
Con motivo del Día Internacional de la Amistad, que la ONU celebra cada 30 de julio, ESET España ofrece una serie de consejos a la hora de aceptar la amistad de personas desconocidas en las redes sociales, aunque como recuerda Josep Albors, director del laboratorio deESET, “lo más seguro es tener sentido común: si no se nos ocurre hablar con desconocidos en la calle, ¿por qué lo hacemos en las redes sociales?”.
– “Vrei sa fii prietenul meu?” No hablas rumano ni lituano, ni has viajado nunca por la zona, pero de repente una solicitud de amistad en uno de esos idiomas y una foto de una chica (o un chico) despampanante te colma de felicidad. Lo más probable es que esa persona no quiera tu amistad sino tu dinero. Cuidado con las estafas, que cada vez están más evolucionadas en este sentido.
– “No me gustan las compañías de mi hijo” era uno de los argumentos típicos de los padres de hace años. Hoy en día, los progenitores no controlan tanto las amistades de sus hijos porque sencillamente no siempre las ven. Atención a pederastas y pedófilos camuflados que piden fotos de los niños haciéndose pasar por amigos. Cuidado también con otros tipos de delincuentes que, pretendiendo tener amistad con los chicos, les sacan información personal, como la dirección o las fechas de las vacaciones para saber cuándo la casa está vacía y poder realizar otras fechorías.
– “Si eres mi amigo, conseguirás grandes descuentos”. Muchas veces, especialmente teniendo en cuenta la coyuntura económica que vivimos, confiamos excesivamente en solicitudes engañosas de supuestos amigos que nos van a proponer negocios imposibles, como adquirir una tablet por 100€ aunque en el mercado tenga un precio de 500€. Es muy probable que acabemos sin tablet y sin dinero, por lo que hay que ser especialmente cauto ante ofertas escandalosas, especialmente si desconocemos la fuente.
– “Por ser uno de mis amigos más cercanos, te envío el último disco de U2 antes de que se publique”. Atención a los enlaces provenientes de supuestos amigos que no conocemos. Puede ser acceso a información privilegiada, aplicaciones para saber “quién habla mal de ti en Twitter”, herramientas para espiar conversaciones de Whatsapp… desconfía de cualquier tipo de enlace malicioso y accede sólo a las aplicaciones desde las tiendas oficiales de los fabricantes o desde sus páginas web.
– No descuides las formas tradicionales de amistad. Muchos amigos han dejado de serlo por confiar demasiado en las redes sociales a la hora de interactuar. “No respondiste a mi mensaje en Twitter”, “No pinchaste en ‘Me gusta’ en la foto de mis vacaciones” y argumentos similares han dado al traste con años de amistad en el mundo real. Las redes sociales son un instrumento muy valioso de comunicación pero no el único ni, tal vez, el más importante, por lo que mantener las relaciones tradicionales es fundamental para no perder a los amigos.
En definitiva, las redes sociales son una herramienta muy útil para mantener el contacto con antiguos compañeros de colegio, con amigos hechos durante las últimas vacaciones o con quien consideremos, pero un poco de sensatez a la hora de aceptar a desconocidos e interactuar con ellos nunca viene mal.