Aunque el flujo de efectivo es un aspecto crítico para cualquier empresa, las estrategias para optimizar su gestión difieren entre los diferentes entornos comerciales. No obstante, existen algunas normas generales que pueden aplicarse a cualquier negocio.
Desde Datisa se identifican cuatro estrategias sencillas que ayudan a mejorar el flujo de efectivo y facilitar tanto la gestión de los gastos comerciales como las ventas o el inventario:
- Ventas y Cuentas por Cobrar. Si las ventas son lentas o los pagos no se reciben a tiempo se pueden generar problemas de flujo de caja. La descoordinación de las ventas y el ingreso de los cobros asociados a esas operaciones comerciales genera un desfase que pone en riesgo las finanzas del negocio. Vender a cuenta hace que el pago parcial de los bienes y/o servicios se difiera hasta una fecha posterior. Esto reduce el flujo de caja. Integrar los procesos comerciales en un único sistema de software puede mejorar el cashflow porque optimiza los procesos de pago. Y proporciona a los clientes una manera sencilla y rápida de pagar sus facturas a tiempo.
- Optimizar la facturación. Mantener la facturación al corriente siempre es una garantía. Es de sentido común -dicen desde Datisa- cuánto más rápido se envíen las facturas, más probable será que el ingreso llegue a tiempo. Implementar un software de facturación en la nube, que permite automatizar la realización y envío facturas y gestionar la contabilidad es siempre la mejor opción posible para agilizar el proceso. Y, en última instancia, aumentar el flujo de caja. Trabajar con sistemas modulares o que faciliten la integración con terceros reduce los tiempos de procesamiento, facilita el cumplimento de los plazos y, en términos generales, hace que todo funcione con sentido.
- Agilizar los procesos comerciales. Un aspecto importante y que, a veces se pasa por alto en la gestión del flujo de efectivo es garantizar el funcionamiento eficiente del negocio. Hay que tener en cuenta que para garantizar la buena salud del flujo de caja no solo hay que aumentar el efectivo del negocio. También hay que limitar las salidas de dinero. En este sentido, es importante reducir el tiempo que se dedica a realizar tareas. Y no solo concentrarse en reducir los costes. Analizar los procesos comerciales y los gastos asociados será clave para determinar su eficiencia y las áreas que admiten mejoras. También para identificar dónde están los gastos. Y, cuáles se pueden reducir.
La tecnología también juega un papel determinante para mejorar la eficiencia de los procesos. Sistemas que permitan integrar las actividades financieras, contables y el control del inventario, por ejemplo, reducen la carga de trabajo manual y proporcionan una mayor inteligencia al negocio. Además de facilitar el ajuste de las plantillas a los períodos de ventas pico o valle. Y, por tanto, de nuevo, optimizar procesos y plantillas, para minimizar los costes y acelerar el flujo de caja.
- Control inteligente de inventario. Introducir la inteligencia de negocio en la gestión del inventario aumenta la productividad del negocio. Y, por ende, el flujo de caja. Automatizar los procesos manuales con un ERP en la nube permite medir el coste real de un producto, teniendo en cuenta desde las materias primas, hasta el almacenamiento y envío del producto en cuestión. Pablo Couso, director comercial de Datisa dice que “muchas veces nos encontramos con empresas que tienen gran parte de su capital inmovilizado en existencias. En esos casos lo más importante de todo es mejorar su flujo de efectivo para garantizar el almacenamiento de los productos correctos, en las cantidades y tiempo adecuados para garantizar una ganancia óptima”.