El salón del emprendedor celebrada la pasa semana en Barcelona se centró en asesorar sobre qué trámites deben seguir, cuáles son las mejores ayudas institucionales y qué caminos existen para financiarse, todo con una meta común: esquivar la falta de creación de empleo del tejido económico actual.
Por ello, la receta más repetida en el salón fue la palabra “autoocupación“, como dice Ramon Molera, de 25 años, ingeniero industrial en paro que acaba de regresar de trabajar en Finlandia. “Se está poniendo de moda esto de emplearse a uno mismo, voy un poco a oscuras y con mis proyectos un poco verdes, pero vengo a buscar ideas nuevas”, comenta Molera entre folletos de publicidad.
Para ello, para crear un proyecto para emplearse a uno mismo, se ofrecieron soluciones prácticas en el salón, como unas dependencias en un complejo empresarial en Sant Cugat del Vallès (Barcelona). Por 175 euros, el emprendedor dispone de su despacho, salas de reuniones compartidas y el equipamiento del recinto, detalla la responsable de marqueting de las instalaciones, Cristina Campmany.
Otra opción para el autoempleo son las franquicias: “Buscan un negocio que les de estabilidad, como es el sector alimentario”, comentan los responsables de franquicias de la cadena de supermercados Día.
Su competidora Caprabo también trata con emprendedores: “Algunos pretenden invertir en supermercados mientras que otros quieren hacer que su negocio de alimentación pase a formar parte de una marca consolidada”, explica Jordi Lahiguera, responsable de franquicias de Caprabo, que pretende abrir cien en cinco años.
En cambio, los inversores más potentes tienen la opción de las ‘startup‘, empresas innovadoras normalmente bajo la custodia inicial de una compañía ya consolidada.
Aunque, sea cual sea la opción, la financiación, la innovación y la exportación son las puertas de embarque al mundo emprendedor.
El salón contó con agencias públicas -como ACC1Ó o Barcelona Activa-, líneas de crédito estatales o autonómicas, entidades financieras, pero también formas más arriesgadas: cincuenta inversores internacionales con 88 millones de euros en la cartera preparados para financiar a través del capital riesgo.