Los ataques informáticos motivados por asuntos políticos han aumentado en cinco países: Estados Unidos, Rusia, Francia, Israel y China, según un el V Informe anual de Criminología Virtual del fabricante de soluciones de seguridad, McAfee. El estudio afirma que el ciberarmamento global del que se ha venido hablando hace años, está empezando a tomar forma hoy día. De hecho ya hay muchos países que están activamente involucrados en preparativos de ciberguerras y ataques. “Hoy las armas no son nucleares, sino virtuales, y todo el mundo debería adaptarse y ser consciente de estas nuevas amenazas”, afirma DaveWalt, Presidente y CEO de McAfee.
El V Informe de Criminología Virtual reúne los conocimientos de más de una veintena de expertos de todo el mundo, incluyendo al Dr. Jamie Saunders, Consejero de la Embajada Británica en Washington D.C., el ex – asesor de la Casa Blanca, Paul Kurtz, así como expertos de seguridad con experiencia en la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos y el Fiscal del Departamento Australiano. Todos ellos han concluido que durante el año pasado, el aumento de los ciberataques motivados por asuntos políticos ha provocado alarma y precaución, con objetivos como la Casa Blanca, el Departamento de Seguridad Nacional, el Servicio Secreto de Estados Unidos y el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Así, los países están desarrollando, de forma activa, capacidades para la ciberguerra y están involucrados en la provisión de armas cibernéticas, dirigidas a redes de gobiernos e infraestructuras críticas. Además, los ataques están dirigidos a infraestructuras críticas como redes de energía, transportes, telecomunicaciones, finanzas y suministro de agua, porque los daños pueden hacerse más rápidamente y con menos esfuerzo. En la mayoría de los países desarrollados, este tipo de infraestructuras están conectadas a Internet y carecen de funciones de seguridad adecuadas, dejando estas instalaciones vulnerables a los ataques. Según el estudio de McAffe, el sector privado es, además, el que corre más riesgo.
Todo ello abre el debate sobre qué responsabilidades deberían recaer en organizaciones para proteger y educar a los ciudadanos en la prevención de los ataques. Una adecuada definición de las presponsabilidades es determinante para determinar cuándo es justificable una respuesta política o amenaza de una acción militar.