El turismo rural en España ha vuelto a sufrir un varapalo respecto al mes de julio de 2011 con un descenso en la ocupación del 7,5%, casi 7 veces superior a la media del conjunto de los establecimientos extra hoteleros, según las estadísticas que elabora la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) a partir de los datos que proporciona el Instituto Nacional de Estadística.
Este sector, que cuenta con más de 15.786 establecimientos y que genera empleo para más de 22.637 personas, se encuentra en una de las peores situaciones desde el inicio de la crisis. “Aunque el tesón de los autónomos que gestiona estos establecimientos sigue manteniendo estable la contratación aún a coste propio, ya que han descendido los precios en torno al 1%”, explica el secretario ejecutivo de Política Sectorial de UPTA, César García.
Resulta significativo el descenso de las reservas de los residentes en España, -15,6% respecto al mismo mes del año anterior, frente al aumento de las reservas de los no residentes, que lo hace en un 18,3%. No cabe duda de que el ánimo de los españoles para reservar y planear sus vacaciones difiere del resto de los europeos. “En España el sentimiento general es que estamos tocando fondo, mientras que en el resto de Europa se observa mayor alegría y mejora económica”, asegura García.
En cuanto al número de plazas ocupadas, el INE observa también una gran disminución, ya que solamente se ocupan el 21,4% de las plazas (-10,4%) y un 30,7% de ellas son de fin de semana, que también sufren un descenso del 2,3%.
Desde UPTA España y su organización de Autónomos de Turismo Rural, AUTURAL, se viene pidiendo desde hace muchos años medidas específicas de apoyo a este sector, como una fiscalidad acorde a su particularidad o la puesta en marcha de la cotización en el RETA a tiempo parcial, medida esta última que deberá entrar en vigor el próximo 1 de enero de 2013 pero para la que, hasta el momento, “no se está observando movimiento desde la Administración”, comenta César García.
Por otra parte, UPTA y AUTURAL siguen reclamando un Plan de Promoción del turismo rural en el ámbito internacional. Ha quedado demostrado que al menos a corto plazo sólo la ocupación por parte de extranjeros “puede salvar la oferta de este sector turístico, siempre que se conozca y se difunda”, aclara García.