Hasta hace unos años el mercado de patrimonios de lujo se lo repartían a partes iguales compradores extranjeros y nacionales, pero ahora son los inversores foráneos, de mercados emergentes como Rusia o China, además de los europeos como Alemania, Reino Unido, Francia o Países Nórdicos, los que invierten mayor capital en el mercado de inmuebles español, especialmente en zonas muy concretas del país.
Esta situación está comenzando a normalizarse tras la cesión de los llamados activos tóxicos de la banca rescatada a la Sareb o “banco malo”, pero todavía es una cuestión que sigue preocupando a los españoles: En el mes de julio se firmaron un total de 13.777 hipotecas, un notable 42,7% menos que el registrado un año antes.
“Actualmente los grandes inversores extranjeros buscan principalmente comprar paquetes de activos inmobiliarios a precios de saldo, concentrados en zonas prime, acudiendo directamente a entidades bancarias buscando oportunidades que les reporten una alta rentabilidad”, explica Roberto Menetray, experto de la firma especializada en venta de patrimonios y empresas Lançois Doval.
Existe un perfil de comprador extranjero que valora España como su primera o segunda residencia y que se concentra en grandes capitales y zonas de costa, y en casos concretos en propiedades singulares en otras localizaciones, como bodegas, fincas emblemáticas, etc. El mercado nacional sigue a la cabeza en cuanto a propiedades singulares, especialmente las situadas en zonas de interior, tanto sea para uso particular o comercial como hoteles con encanto.
De acuerdo con los datos publicados en agosto, las propiedades de lujo han registrado caídas en sus precios entre el 20% y el 50%. “Tan acusados descensos, lejos de certificar la decadencia del sector, ha servido para volver a cifras reales de valoración. Así, mientras el mercado inmobiliario convencional sigue perdiendo terreno, las propiedades de prestigio y emblemáticas han registrado un ligero aumento de las ventas ya que se trata siempre de productos únicos en ubicaciones normalmente irrepetibles”, añade Menetray.
Desde Lançois Doval afirman que la integración en el mercado español de compradores extranjeros con un elevado nivel adquisitivo contribuirá a apuntalar la mejora de las ventas sin tener que seguir efectuando devaluaciones que no hacen justicia a la calidad de los inmuebles. “La llegada de inversores foráneos no puede ser nuestra única hoja de ruta ya que la demanda de este colectivo no será lo suficientemente potente como para sostener por sí misma el mercado. Urge en consecuencia devolver la confianza a los compradores nacionales, temerosos todavía de invertir en un sector que no saben si ha tocado fondo”, puntualizan.
Combatir la parálisis del mercado español, atraer a los compradores internacionales y lograr el equilibrio perfecto entre precio y calidad son las obligaciones más apremiantes que tiene el sector. Todo ello ha de llevar a una estabilización del mercado con unas buenas previsiones de cara al próximo año.