Adaptar la organización a las nuevas condiciones de mercado ha sido este último año una de las premisas básicas de cualquier entidad, ya sea pública o privada. La coyuntura económica mundial ha impuesto dentro de las compañías la necesidad de analizar y revisar en profundidad los gastos en que incurren con el objetivo de reducir costes, recuperando así algo de las necesidades de tesorería tan necesarias en la situación actual y retrasar o aplazar la toma de decisiones más drásticas.
Sólo los gastos generales de funcionamiento de una empresa, entre los que se incluyen los gastos de telecomunicaciones, la flota automovilística, los suministros de energía, el mantenimiento de locales e instalaciones o la seguridad, entre otros, representan en torno al 25% de la cifra de negocio de una empresa, independientemente de su tamaño y área de actividad. Por esta razón, saber con qué proveedores se trabaja en cada una de las áreas, cuáles son los compromisos contractuales adquiridos con ellos y cuáles son las necesidades reales de la empresa, son preguntas que debe hacer toda empresa que quiera optimizar sus gastos. Según Alma Consulting Group, las compañías que cuenten con un plan personalizado de gastos de funcionamiento pueden llegar a ahorrar entre
</strong>“Tenemos el compromiso de <strong>identificar y obtener el mayor índice de ahorro en beneficio de nuestros clientes sin que ello implique cambios organizativos internos en la empresa.</strong> Nuestro valor añadido reside en el diseño de un plan de acción a medida adaptado a la cartografía de los gastos del cliente en distintas áreas de actividad; en la transparencia y libertad de decisión sobre la aplicación de las recomendaciones y en la remuneración basada en los ahorros conseguidos”, afirma Juan Antonio Costa, director comercial de Alma Consulting Group.
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