Recientemente se ha aprobado la Ley Antifraude y la Ley Crea y Crece, sendas legislaciones que tienen un impacto significativo en las empresas afectando directamente a su digitalización, al control fiscal y a los procesos contables y administrativos de éstas.
La factura electrónica y Verifactu son dos términos que se han confundido a menudo, pero tienen propósitos y significados diferentes. La Ley Crea y Crece, y con ello la factura electrónica, ha sido impulsada por el Ministerio de Economía y Hacienda, mientras que La ley Antifraude, normativa en la que se desarrolla el sistema Verifactu, ha sido impulsada por la Agencia Estatal de Administración Tributaria. Aún está en stand by la publicación definitiva de ambos reglamentos, para saber con exactitud su alcance y la fecha de entrada en vigor de la obligatoriedad de los mismos.
La factura electrónica es bien conocida por todos, pero ¿Qué es el sistema Verifactu? Este tiene como objetivo principal el envío automático de todos los registros de facturación a Hacienda, lo que permitirá que la autoridad fiscal controle y supervise las transacciones comerciales y la recaudación de impuestos. De este modo, todas las transacciones comerciales deberán generar una factura y su correspondiente anotación en el sistema informático. Éste tendrá la obligatoriedad de guardar el registro de facturas, preservando los datos e impidiendo la alteración de dichas anotaciones, para ser remitidas a la AEAT.
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Un reto para las pymes y más apoyo por parte de la Administración
Más del 95% del tejido empresarial español son pymes y autónomos, y la implementación de ambos sistemas requerirá que las empresas inviertan en tecnología pero, sobre todo, en formación, lo que puede ser un desafío para las pequeñas empresas o las menos tecnológicas. Aunque la facturación electrónica y Verifactu pueden simplificar los procesos administrativos y reducir los costes a largo plazo, inicialmente pueden ser percibidas como una carga adicional de tiempo, recursos y costes para las empresas.
En la actualidad, aún no existe una ayuda fiscal especifica, más allá de la deducibilidad de las inversiones, amortizaciones, etc. Si bien es cierto que pueden aprovechar la subvención del Kit Digital para este menester, sería positivo que se estudiasen fondos específicos para las pequeñas y medianas empresas, con los que hacer frente a la inversión que supondrá implementar la correspondiente tecnología o adaptar sus soluciones a los nuevos requisitos de estas dos normativas.
Otro de los problemas a los que hacer frente son las desigualdades regionales. La adopción de la factura electrónica puede beneficiar más a las regiones urbanas desarrolladas que a las áreas rurales donde, directamente, no disponen de cobertura móvil (increíble pero cierto, aún hay muchos pueblos de España sin cobertura). Esto puede generar desigualdades económicas y sociales, lo que nos lleva a un debate sobre cómo garantizar un acceso equitativo a la facturación electrónica.
Tanto la factura electrónica como Verifactu, suponen un pequeño reto para todo el país, impulsando la digitalización masiva y llevando a los autónomos y pymes a superar la brecha digital que afecta a la competitividad y al crecimiento. Por ello, es necesario ayudar a este segmento empresarial a financiar las inversiones futuras y tratar de buscar un equilibrio entre el objetivo de aumentar el cumplimiento tributario y la necesidad de no sobrecargar a las empresas con excesiva burocracia y regulaciones.
Los beneficios de Verifactu
El proyecto Verifactu encuentra sus raíces en una de las iniciativas de la OCDE, específicamente, en el proyecto ‘Compliance by design’ del año 2014. Una vez se implemente, la AEAT contará con información en tiempo real y de mayor calidad de todos los contribuyentes donde, definitivamente, aportarán en función de sus ingresos. El objetivo es que se reduzca el fraude, evitando la competencia desleal y mejorando, a su vez, la recaudación y redistribución.
La información cruzada es la base de todo sistema tributario, y eso es lo que se busca con la implantación de Verifactu. En este sentido, la AEAT ya logró en el pasado avances significativos con el Impuesto de la Renta de Personas Físicas (IRPF), donde un gran número de contribuyentes ya reciben los borradores completos de su renta, y con tan solo un clic pueden presentar su declaración. El ideal es que, en un futuro próximo y gracias a este método, los empresarios puedan disponer del 90% de sus declaraciones autocompletadas gracias a la información cruzada de terceros reportada a la AEAT. Este proyecto, además, es un avance más para reducir la carga fiscal, ya que determinados modelos podrían llegar a desaparecer.
Pero, más allá de la automatización del envío de información, la calidad de la misma y el estándar único podría suponer que también podamos comunicar esta información de la empresa con terceros, consiguiendo mejores condiciones, por ejemplo, a la hora de pedir un préstamo, descontar comercialmente una factura con las asociaciones de factoring, ayuda al reparto equitativo de las subvenciones, etc. Ello sin contar con que evitar las facturas en papel, contribuye de alguna forma a cuidar nuestra sociedad y el planeta.
Tenemos la oportunidad de liderar la digitalización a nivel nacional y convertirnos en un modelo a seguir. Podemos basar nuestro sistema en la experiencia exitosa de otros países como Portugal, Francia, México, Argentina y, más recientemente, TicketBAI en el País Vasco. Es fundamental considerar las sugerencias de los agentes sociales, incluyendo a empresarios y compañías especializadas en desarrollo de software, en la creación definitiva de ambos reglamentos. Al hacerlo, garantizaremos que las empresas puedan salvar los escollos mencionados durante este proceso de transformación digital.
