Las pequeñas y medianas empresas españolas, se han enfrentado a un año lleno de retos y desafíos. A corto plazo se enfrentan al reto de afrontar la caída del consumo interno, el aumento de la inflación y el aumento de los tipos de interés. Mientras tanto, los fondos europeos y el crecimiento del sector turístico les ofrecen un halo de esperanza.
2023 ha sido un año repleto de desafíos socioeconómicos, donde la planificación estratégica de todas las empresas adquirió especial relevancia y se convirtió en un pilar fundamental para la supervivencia empresarial.
Acabamos de dejar atrás un año lleno de retos económicos desafiantes. Según el estudio ‘Tomando el pulso a las pymes’ realizado por BBVA, entre las mayores preocupaciones de las pymes se encontraban las siguientes: la inflación (47%), la rentabilidad de la empresa (38%), los costes energéticos (34%), el impago (26%) y la falta de demanda (26%). La manera en la que cada una de estas preocupaciones afectó a las empresas, dependió del número de trabajadores que tenía cada una de ellas.
Según este estudio, para conseguir afrontar estos retos es necesario mejorar las estrategias de marketing, establecer nuevas estrategias de negocio, entender mejor las necesidades de los clientes y detectar nuevas oportunidades de negocio que no habían sido tomadas en cuenta. Hay que conseguir anticiparse y ajustar de manera eficaz las estrategias empresariales para conseguir enfrentarse a ellas con mayor solidez. “No sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta al cambio”, afirma Luis Targhetta, Business Development Manager de Iberia para Acquis.
‘Oportunidad en el cambio’, un estudio de mercado realizado por Acquis sobre el sentimiento empresarial de las pymes, reveló sentimientos más matizados en 2023 en comparación con cuando le hicieron a las pymesla misma pregunta dos años antes, con una proporción significativa de empresas encuestadas mostrando una clara preocupación por su futuro. El 28% admitió sentirse preocupado, un 19% se sentía bastante pesimista y un 9% se sentía muy pesimista acerca de su viabilidad a largo plazo. Entre las industrias encuestadas, aquellas que mostraron un mayor optimismo fueron las que mejor preparadas estaban para adaptarse a las presiones económicas cambiantes.
La interrupción persistente de las cadenas de suministro, la inflación, la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la crisis y los efectos persistentes de la pandemia de Covid-19 afectaron, y siguen afectando, las perspectivas económicas de las empresas. Según el estudio realizado por Acquis, el 25% de los encuestados del sector agrícola afirmó sentirse preocupado por conseguir mantenerse al día con las innovaciones, al 23% de los encuestados en el sector de la construcción les preocupaba la inflación, respecto al sector medicinal, el 29% afirmó sentirse preocupado por los precios de la energía y el 31% del sector minorista repitió que su mayor preocupación a lo largo del 2023 era la inflación.
Un factor clave para poder superar todos los obstáculos que las pequeñas y medianas empresas se van encontrando a lo largo de sus años de vida es adoptar un enfoque optimista y analizar los distintos desafíos que tienen por delante con la mejor actitud posible. “Mirar al futuro es clave para la supervivencia”, afirma Targhetta.
El tiempo ha demostrado que la experiencia, si bien valiosa, no es el único factor fundamental a la hora de enfrentarse a distintos retos y desafíos. La adaptación y la actualización constante se han vuelto imprescindibles para la competitividad y la resiliencia empresarial. Además, la adopción de las nuevas tecnologías resultó esencial para poder ofrecer soluciones eficientes y mantener la relevancia en el mercado.