OPINIÓN

Boomers y Generación Z: ¿Colisión laboral o armonía en la oficina?



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Artículo de opinión de Giulia Miazzo, PayFit HRBP

Publicado el 8 abr 2024



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En el tejido empresarial contemporáneo, la coexistencia de diferentes generaciones en el lugar de trabajo ha dado lugar a una diversidad de perspectivas, valores y actitudes hacia el empleo. En particular, la relación con el trabajo experimentada por los Baby Boomers, los más veteranos de la empresa, contrasta notablemente con la que ha desarrollado la Generación Z, posiblemente la última en incorporarse a la compañía. Desde sus percepciones sobre el trabajo, y sus prioridades laborales, hasta sus expectativas profesionales, estamos ante una serie de divergencias que moldean el panorama laboral actual y futuro.

Uno de los factores fundamentales de las desemenjanzas mencionadas radica en la relación con el trabajo que cada generación tiene. Estas vienen principalmente marcadas por las circunstancias en las que crecieron y se educaron. De tal forma, la visión profesional y de futuro dista mucho entre los baby boomers, nacidos entre los 40 y los 60, y los miembros de la Generación Z, expuestos a la digitalización y al desarrollo de la tecnología desde su nacimiento. Se trata, a fin de cuentas, de grupos sociales distintos, con distintas expectativas vitales y laborales y cuya convivencia en la empresa obliga a muchas entidades a darle una vuelta al vínculo con sus propios trabajadores y a transformar sus plantillas.

Diferencias observables

Según los datos del estudio Betterwork – Radiografía del Compromiso Organizacional, llevado a cabo por Betterfly, el 46% de los boomers consideran crucial la posibilidad de permanecer en la empresa. Sin embargo, los beneficios y propósitos de la empresa tienen un peso superior para los Z, cuya permanencia en la empresa sólo cobra protagonismo para el 21% de ellos.

Por otro lado, los Baby Boomers son sinónimo de un fuerte vínculo emocional y una lealtad arraigada hacia sus empleadores y la empresa para la que prestan servicios; un factor que choca y contrasta con la Generación Z, que tiende a tener una relación más pragmática y transaccional con el trabajo. Esto se debe a una serie de claves que nos ayudan a comprender este preciso escenario. Y es que los Boomers, en general, han experimentado una mayor estabilidad laboral a lo largo de sus carreras en comparación los Z, que tiende a cambiar de empleo con mayor frecuencia. Además, muchos de los veteranos han pasado la mayor parte de sus carreras ascendiendo en la jerarquía de su trabajo, lo que les ha permitido desarrollar un profundo conocimiento de la organización y establecer sólidos vínculos con colegas y superiores.

La frase “a mayor edad, mayor productividad” se ajusta perfectamente a la comparación genracional. Esto se debe a una serie de factores, como su experiencia laboral acumulada, su dedicación y enfoque en la eficiencia. Los Boomers han pasado décadas perfeccionando sus habilidades y conocimientos en sus respectivos campos, lo que les permite ser más eficientes y efectivos en sus tareas laborales. Y, a pesar de que la Generación Z pueda tener habilidades tecnológicas y creatividad excepcionales, a menudo les falta la experiencia y el conocimiento profundo de la industria que tienen los empleados senior.

La clave de la flexibilidad

La Generación Z es menos idealista y más pragmática. Su vida, construida en torno a la tecnología, posibilita un empleo ligado al entorno digital. Buscan trabajos flexibles, preferiblemente a distancia, y que les permitan realizar varias actividades a la vez. Entre ellos, existe una amplia representación de aquellos que aspiran incluso a tener su propia empresa y a poder vivir de sus hobbies.

Una de sus fortalezas reside en la creatividad y su compromiso con el medio ambiente y las causas sociales. Sin embargo, tan sólo un 11% de ellos disfruta de las tareas que les son encomendadas en su trabajo. Por tanto, el vínculo que los boomers tenían con sus empresas choca frente a esta falta de motivación, que acaba desembocando en un sentimiento de desvinculación hacia la compañía y a no temerle a un cambio de puesto de trabajo. Tenemos ante nosotros a una generación con otras prioridades y cuya apuesta se centra en compañías flexibles, con más beneficios y socialmente comprometidas.

El papel de la empresa

En este escenario, el reto al que se enfrentan diariamente de las empresas es el de complementar la experiencia y conocimiento propios de los boomers y las capacidades o habilidades tecnológicas que acompañan a los z. Una diversidad generacional que, dentro de sus múltiples diferencias, debe aprender a compenetrarse en aras de una relación mutuamente beneficiosa, fundamental para aumentar la productividad y la competitividad de las organizaciones.

Así, aquellos empresarios que apuestan por la inclusión e integración de las diferentes generaciones en sus equipos, generan más confianza y sacan partido de dicho contraste, compartiendo los aspectos más positivos de ambas. La adecuada gestión de esta convivencia debe ser una prioridad para las entidades que deseen una garantía de éxito.


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