Desde mediados de 2023, la mayoría de las pymes españolas han comenzado a devolver el capital que obtuvieron de los préstamos ICO con la irrupción de la pandemia, situación que las obligará a reducir su dependencia de la banca tradicional y recurrir a otras alternativas si quieren garantizar su viabilidad y acceso a financiación.
A juicio del director ejecutivo de Kredit, Jordi Solé Tuyá, la causa principal de este fenómeno es “el corsé que supone en aval del ICO”, que limita la renegociación bilateral entre empresa y banco, y ha acabado suponiendo “un arma de doble filo que se está volviendo en contra de las empresas”. Esto es debido a que los bancos ahora tienen que asumir el cien por cien del riesgo al agotarse los avales del ICO, lo que ha supuesto en una mayor restricción por su parte.
“En estos momentos, si no se contara con el aval del ICO, estos préstamos se podrían refinanciar alargando su plazo de devolución y adecuándolo a las capacidades reales de la empresa. Pero como el ICO lo impide, las empresas solo pueden buscar otras entidades financieras que les aporten financiación que cubra la devolución de la financiación de que ya disponen”. El problema, indica Solé Tuyá, es que “muchas veces estas entidades rechazan la solicitud porque la empresa no genera suficiente dinero para pagar la deuda antigua, y esto la deja en una situación de extrema vulnerabilidad”
Tras haberse beneficiado durante años del periodo de gracia, donde solo estaban obligadas a pagar intereses, las pymes ahora se enfrentan una reducción significativa en su liquidez al tener que reembolsar el capital prestado. “Esto no solo amenaza su crecimiento y desarrollo, sino que también ha provocado que muchas acaben en concursos de acreedores”, advierte.
La necesidad de buscar vías de financiación alternativa
Para Solé Tuyá, en este nuevo escenario es indispensable que las compañías busquen alternativas financieras más allá de la banca tradicional. “Las empresas deben visualizar que hay “vida” más allá de la banca y, además, que hay otra banca más allá de los seis grandes grupos bancarios. Deben abrir sus horizontes y explorar nuevas entidades financieras”, recuerda Solé Tuyá.
La diversificación de fuentes de financiación, incluyendo entidades financieras extrabancarias privadas y públicas, se vuelve esencial para garantizar la supervivencia empresarial. “Hay que explorar caminos nuevos. No hacerlo puede suponer la liquidación de la empresa. Por ello, es imprescindible quitarse prejuicios de encima y gestionar con determinación y la mente abierta”, concluye.