La Inteligencia Artificial (IA) es de sobra conocida en las finanzas por impulsar la automatización de tareas sencillas y repetitivas. Sin embargo, el beneficio para los equipos financieros va mucho más allá de la mera automatización de procesos, ya que el valor real de la IA radica en su capacidad para convertir a los profesionales de las finanzas en asesores estratégicos que miran hacia el futuro del negocio y le dan forma.
Para los CFOs, es importante comprender estos beneficios ya que estamos en un momento en el que sus funciones y expectativas están cambiando. Según un reciente estudio de Sage, el 96% de los CFOs creen que sus funciones cambiarán en los próximos tres años, y el 85% espera estar más involucrado en la estrategia y en un rol de asesoría estratégica de la empresa más amplio.
Incorporar herramientas de IA a formas de trabajo que vayan más allá de la automatización de tareas puede respaldar esta ampliación de responsabilidades. Analicemos tres áreas en las que la IA ya lo está haciendo.
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Previsión y planificación
Cuando se trata de hacer previsiones, puede parecer que la magia de la IA está en su capacidad para ser más precisa que los humanos. Aunque puede ser cierto en algunos casos, la verdadera magia está en cómo puede reducir drásticamente el tiempo y los recursos dedicados a hacer esa previsión. El valor real de la IA está en crear modelos que ofrezcan resultados más rápidamente, para que luego puedan ser revisados e interpretados por un humano.
Por ejemplo, al trabajar con uno de nuestros clientes para implementar una previsión más eficiente del flujo de caja, quedó claro que no se puede simplemente poner a trabajar a la IA y pedirle que lo prediga todo, sino que hay que profundizar en los componentes individuales. El punto clave para este cliente era su si clientes renovaban suscripciones anuales, pero solo eran capaces de predecirlo una vez al trimestre como mucho.
Gracias a la introducción del modelo de IA fueron capaces de realizar esta misma previsión en una hora. Aunque la IA no siempre es más precisa que los humanos, lo importante era que les permitía detectar cambios en su negocio casi en tiempo real para poder actuar en consecuencia. Esta aplicación de la IA ha ayudado al equipo financiero a hacer su trabajo más efectivo y ha añadido más valor a la empresa en general, gracias a proporcionar información adicional, tiempo y recursos que pueden dedicarse a la planificación prospectiva.
Formación y desarrollo profesional
La formación de los profesionales nunca ha sido tan importante en el sector financiero. Un estudio revela que la falta de cualificación de los miembros del equipo es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los directivos financieros, mientras que el 84 % de los CFOs admite que sus equipos sufren una importante escasez de talento. Sumado a la adquisición de nuevas responsabilidades por parte de los directores financieros, para muchos de ellos es difícil encontrar tiempo y recursos para solucionar esta situación. Aquí la IA puede ayudar.
Los grandes modelos lingüísticos (LLM) como ChatGPT son una poderosa herramienta de enseñanza, que puede ayudar a los empleados a ser más productivos, pero sobre todo a los menos cualificados y con menos experiencia.
Dado que casi la mitad de los CFOs afirman carecer del talento necesario para las operaciones financieras con visión de futuro, contratar LLM puede ayudar a formar a los empleados, desde en marcos regulatorios, hasta en prácticas financieras. No se debería dejar de formar a los profesionales más junior, pero si la IA puede aliviar el tiempo dedicado a la formación, este puede dedicarse a elementos más estratégicos del cargo.
Mejorar la elaboración de informes ESG
Los criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) son una parte fundamental de las estrategias empresariales en 2024. La Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) de la UE está introduciendo la obligatoriedad de los informes de sostenibilidadv, y el 58% de los CFOs creen que aumentará el compromiso con iniciativas ESG y de sostenibilidad.
Un ejemplo de cómo puede ayudar la IA es en las emisiones de carbono. No es que pueda predecir las emisiones de forma exacta al 100%, sino que es buena clasificando y prediciendo emisiones. En lugar de dedicar tiempo a descifrar las emisiones de un viaje concreto o de una compra de material, la IA puede ver una factura e instantáneamente relacionar con el impacto correcto de las emisiones. Gracias a eso puede proporcionar información valiosa, descubrir factores que podrían pasarse por alto y facilitar datos para que los equipos financieros tomen decisiones proactivas sobre la estrategia empresarial.
Aprovechar la oportunidad
Estamos en un momento en la que a los CFOs y a los equipos financieros se les pide que piensen de forma más estratégica. La IA crea el ancho de banda que lo hace posible. Por ejemplo, el equipo financiero de Sage ha creado 40.000 horas de capacidad desde que implementó la IA para automatizar tareas repetitivas.
En resumen, ¿qué tienen en común los tres beneficios analizados?
- Permiten mayor flexibilidad. La IA no es la solución para todo. Pero lo que sí puede hacer es devolver tiempo y recursos para destinarlos a otros fines, manteniendo la calidad de los datos. Depende de cada empresa decidir cómo utilizarla.
- Elevan a los humanos. El ser humano siempre debe tener el control. Tenemos capacidades únicas que la IA nunca podrá sustituir. Lo que hace la IA es poner a disposición más resultados y más datos en tiempo real para informar de las acciones una vez que el ser humano toma el control.
- Mejoran nuestra capacidad de ser ágiles. Es capaz de aliviar algunos puntos de estrés derivados de la evolución del rol de los equipos financieros y los CFOs. A medida que cambian las formas de trabajar, la IA puede servir de base, o trampolín, para que los responsables de la toma de decisiones y los líderes financieros asuman estas nuevas responsabilidades y exigencias con naturalidad.