La Employee Experience, o la percepción que tienen los profesionales sobre la empresa en la que trabajan, puede convertirse en el principal reclamo para la búsqueda de talento o bien suponer un efecto disuasorio. Si los empleados tienen en baja estima a la organización y a sus líderes es más que probable que la Employee Experience no sea buena. Esto puede generar precisamente todo lo contrario a lo deseable: mal ambiente laboral, falta de motivación y de productividad y desvinculación del profesional con sus obligaciones, entre otros problemas.
La búsqueda de talento, uno de los principales retos de las empresas, puede depender casi por completo de la Employee Experience. La experiencia de los empleados no siempre se tiene en cuenta, sobre todo cuando se plantean las estrategias para posicionar la imagen de marca. En realidad, la Employee Experience forma parte de los fundamentos de la reputación de la empresa y representa un efecto llamada cuando es positiva. Muchos candidatos, cuando pasan por un proceso de selección, deciden aceptar o rechazar la oferta después de conocer las opiniones de otros empleados.
Para evitar que haya una fuga de talento en la empresa y un efecto de rechazo por parte de nuevos candidatos, es importante garantizar una Employee Experiencie positiva y de calidad. ¿Cómo pueden conseguirlo las empresas? Según Digital Talent Agency, agencia especializada en la atracción de talento digital, hay que contar con tres elementos de calidad: líderes, directivos y cultura empresarial.
Elena Cantero, Chief Talent Acquisition Officer de Digital Talent Agency, destaca que los líderes deben valorar los logros de los profesionales y que la cultura corporativa debe ser abierta, transparente y cohesionadora. Además, los equipos directivos deben empezar a democratizar la toma de decisiones y pensar en nuevas estrategias retributivas: “Las empresas que han demostrado tener una buena Employee Experience han sabido personalizar y adaptar su oferta a cada tipo de persona, ofreciendo diferentes alternativas a elegir por el propio empleado; sin duda, opciones vinculadas a la formación especializada, el desarrollo profesional, la flexibilidad, conciliación y servicios de bienestar laboral cobran fuerza cada día”.
Para facilitar la mejora de la Employee Experience es necesario tener en cuenta que todos los empleados pueden tener características muy distintas. Por ejemplo, las personas introvertidas son más analíticas y tienen facilidad para escuchar y razonar. En el caso de los extrovertidos, tienen un perfil más comunicativo y disfrutan debatiendo y brindando nuevas ideas al equipo. Podemos afirmar que el mundo laboral está especialmente diseñado para las personas extrovertidas, pero los profesionales introvertidos pueden ofrecer otro tipo de valores en la organización.
Aunque hay que tener en cuenta las particularidades de los empleados, según Digital Talent Agency hay una serie de valores que toda cultura corporativa debería incluir para garantizar una Employee Experience de calidad:
- Transparencia. Para que un trabajador se sienta valorado es importante que la empresa muestre confianza en ella o él. Una de las formas más sencillas de conseguirlo es compartir información relevante de la organización y futuros cambios a corto y largo plazo.
- Simplicidad. Para facilitar el trabajo de los empleados y evitar frustraciones es importante poner el foco en los objetivos de la empresa y evitar pasar por procesos excesivamente complejos. El papel del líder es crucial, ya que debe delegar tareas correctamente para evitar que se generen cuellos de botella.
- Empatía. Uno de los objetivos de toda compañía es conseguir que sus empleados se sientan identificados con los valores de la empresa para obtener su apoyo y respeto. Mantener una actitud comprensiva e intentar entender a cada uno de los miembros del equipo generará un ambiente familiar y de confianza, así como una sensación de seguridad.
- Comunicación. Las empresas deben abrir vías de comunicación entre los equipos, los empleados y los líderes. Así, todos los miembros de la organización, independientemente de su posición, podrán compartir ideas, visiones de proyecto y críticas constructivas de todo tipo para mejorar los resultados.
La Employee Experience puede ser positiva o negativa en función del comportamiento de las organizaciones. Por ello, puede convertirse en un arma de doble filo dependiendo de si se cumple con las expectativas de los empleados o si, por el contrario, los trabajadores no se sienten satisfechos con la organización. Como conclusión, una buena Employee Experience beneficia tanto a la empresa como al trabajador.