La profesión de diseñador – creativo pasa por su horas no más bajas, porque trabajo hay y mucho pero si por un momento crítico en el que impera la necesidad de tomar decisiones vitales para conseguir que miles de emprendedores freelances que hace unos años decidieron instalarse por su cuenta en la búsqueda de cumplir su sueño, no tengan que abandonar derrotados y absorbidos por una situación insostenible de guerra de precios y desprestigio absoluto de la calidad de los proyectos.
¿La solución más efectiva, rápida y ágil que los freelances creativos gráficos pueden adoptar de forma inmediata para solucionar la situación? Posicionarse para ser únicos, referentes en su parcela y de ahí, coger una postura de poder desde la que no ser como los demás y poder defender con argumentos que realmente su trabajo vale el precio marcado. ¿Cómo? Con la especialización.
La competencia en este sector de la creatividad así como del marketing es encarnizada y se ha entrado en una espiral de desconcierto y autodestrucción en la que todos, “venden su alma al diablo” o lo que es peor, a clientes que eligen bajo el criterio del precio, sin importar la calidad del proyecto (que exigirla ya vendrá después) y con el hacha de “si no eres tú, ya lo hará otro mejor y más barato” siempre en la mano. Sólo la especialización y desde ahí, trabajarse una imagen personal potente, es la llave que abre la puerta del crecimiento del negocio.
Nadie dijo que emprender, ser freelance y crecer como profesional fuese fácil y más en un momento en el que todo va muy rápido. Atrás quedó hace tiempo lo de pagar cifras astronómicas por campañas de creatividad. Ahora, hay que demostrar valía como creativo y experto en marketing incluso antes de empezar a precios insultantes para el profesional. El presente y el futuro más inmediato del freelance creativo pasa por especializarse en algo concreto, destacar, ser único y posicionarse como experto. Es sin duda alguna, la única opción para cobrar y defender precios dignos por trabajos de excelente calidad.