En el entorno de la gestión de personas, la confianza, la transparencia y la proyección profesional son aspectos clave, no solo para incrementar la motivación y el compromiso del capital humano, sino también, para fidelizar el talento.
Datisa ha puesto en marcha durante el último año, su proyecto más ambicioso en el entorno de la dirección de equipos. Liderada por la CEO de la compañía Isabel Pomar y la directora de RRHH, Marta Romero, la iniciativa busca equilibrar los intereses personales y profesionales de los colaboradores con los objetivos corporativos, orientados a la mejora del conocimiento y satisfacción del cliente, la optimización de los tiempos de respuesta y la mejora de la eficiencia y rentabilidad de las operaciones.
Muy comprometida con el respeto y el desarrollo profesional de sus colaboradores, Datisa sigue avanzando en su propósito de dotar a la organización de un conjunto de metodologías y herramientas de gestión que faciliten la operativa interna para mejorar los indicadores de calidad y satisfacción a sus clientes. Es decir, alcanzar niveles de excelencia dentro para trasladarlos fuera, en forma de soluciones avanzadas, flexibles, modernas, dinámicas e innovadoras, y de servicios ágiles, personalizados, de mayor calidad y en los que la transparencia, la inmediatez y el conocimiento sean la clave.
Marta Romero, directora de RRHH de Datisa dice que “nuestro propósito es impulsar un cambio positivo en el que, el cliente interno, sea el eje central sobre el que la compañía desarrollará su proyecto a futuro. Al hablar de transformación digital, nos centramos mucho en cuidar al cliente y poner a su alcance toda suerte de productos y servicios, pero algunas compañías se olvidan del valor real que tienen las personas que hacen posible que a esos clientes externos se les pueda garantizar unos servicios de calidad excelentes o unas soluciones diferenciadoras”.
La nueva cultura de trabajo de Datisa apuesta por impulsar modelos de colaboración más activos entre los diferentes equipos, de forma que, a través de la convergencia de conocimientos y habilidades multidisciplinares y la puesta en común de diferentes perspectivas acerca de temas concretos como la evolución de una determinada aplicación, la prestación de servicios concretos o la entrada en nuevos mercados, se puedan plantear diferentes puntos de abordaje, con estrategias más tangenciales.
Por otro lado, la velocidad a la que se mueve el mercado es tan vertiginosa que se impone la necesidad de acortar los tiempos de respuesta, no solo en cuanto a requerimientos concretos de los usuarios, sino en cuanto al time to market de nuevos productos y/o servicios. Por eso, trabajar con metodologías Agile, incluso en estructuras ya de por sí flexibles y dinámicas como acostumbran a ser las de las medianas empresas, ayudan a optimizar los procesos y a imprimir la velocidad que el mercado necesita. En este sentido, Isabel Pomar dice que, “en realidad lo que hemos hecho ha sido darle nombre a un modelo de trabajo con el que ya veníamos trabajando los últimos años, es decir, formando equipos especializados para abordar proyectos concretos, con una serie de hitos a conseguir en períodos de tiempo definidos y con unos indicadores de clave para la medición de los resultados obtenidos”