¿Cuántas veces nos hemos dicho ante nuestra tostadora estropeada que no merece la pena repararla y acabamos comprando una nueva? Demasiadas.
Los electrodomésticos y numerosos aparatos electrónicos tienen una vida predeterminada, una durabilidad limitada. Y la innovación no parece querer centrar sus esfuerzos en este sentido: los usuarios deben renovar constantemente y en poco tiempo los aparatos que utilizan.Esta denominada obsolescencia programada afecta al planeta debido al agotamiento de las materias primas, al fabricar con una corta fecha de caducidad. Esto contribuye a aumentar las emisiones de CO2 que se emiten a la atmósfera.
En este escenario, la Fundación Feniss (la Fundación Energía e Innovación Sostenible sin obsolescencia programada que nace gracias a donaciones de particulares y empresas que apoyan un cambio de modelo económico y social basado en la sostenibilidad para todos) ha creado la certificación ISSOP que distinguirá a aquellas empresas que no incluyan una vida predeterminada en la fabricación de sus productos, o, en su defecto, aquellas cuyos productos sean reparables por un coste menor al de adquirir uno nuevo.
La garantía del producto debe ser superior a los dos años obligatorios por ley y que la filosofía de la empresa apueste por la sostenibilidad, el respeto por el medio ambiente, sus trabajadores y clientes, la solidaridad, el reparto de la riqueza y el reciclaje.
El sello ISSOP se podrá solicitar de manera gratuita.