La economía real o productiva, que engloba actividades como el turismo, la industria o la distribución comercial, y que fue en su momento desplazada por la economía especulativa inmobiliaria, retorna a ser objetivo de grupos inversores, tanto nacionales como extranjeros que buscan valores seguros.
Robert Menetray, CEO de Lançois Doval, asegura que “aunque últimamente se hable de un teórico crecimiento de la inversión en el sector inmobiliario, los inversores apuestan por empresas o industrias del sector turístico o agroalimentario, que aporten seguridad a la vez que rentabilidad. Así mismo, y en cuanto a las inversiones en proyectos turísticos estas deben tener una singularidad arquitectónica o de ubicación que aporte un valor añadido a la actividad. En cuanto a las grandes superficies logísticas, priman sus comunicaciones en grandes capitales como Barcelona con su puerto como referente en el tráfico internacional de mercancías.”
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La logística, un atractivo nicho de negocio en las grandes ciudades
Si alguien pensaba que el desarrollo del comercio electrónico iba a suponer un retroceso de la inversión inmobiliaria orientada a la explotación comercial, se equivocaba. El retail sigue atrayendo a muchos y, además, se ha experimentado un repunte de la inversión en centros logísticos y otros espacios industriales en las grandes ciudades.
Los datos más recientes no podrían ser más elocuentes
Un informe de Triangle Real Estate Management constata cómo han mejorado los principales indicadores de este segmento del mercado en Barcelona en los últimos años. El precio medio secundario del alquiler de espacios logísticos habría pasado de 2,5 a 3,5 euros por metro cuadrado entre 2014 y 2017, al tiempo que, el precio medio Prime ha escalado de 6 a 6,75 euros durante el mismo periodo. Por ello, los inversores están disfrutando en estos momentos de rentabilidades que se mueven en una horquilla de entre el 6% y el 8%, dependiendo de la clasificación del suelo.
Barcelona goza de una situación excepcional para el sector logístico. Conectada con varias autopistas, algunas de las cuales enlazan con Francia, con varias líneas de ferrocarril y con uno de los puertos más importantes del sur de Europa, su atractivo está fuera de toda discusión. Y dada la concentración de población tanto en la ciudad como en el área metropolitana y las provincias limítrofes, Barcelona presenta una zona de influencia que alberga 7,5 millones de personas.