Las pequeñas empresas se impusieron en 2020 como las mayores usuarias de facturas electrónicas en España, superando así a las medianas empresas, que representaban hasta entonces la tipología de empresa que más uso registraba de estos documentos. Así lo destaca el “Estudio comparativo del uso de la factura electrónica en España” publicado por SERES, compañía pionera y especialista en Intercambio Electrónico seguro de Documentos, en el que realiza un análisis de la evolución del uso de la factura electrónica en las distintas Comunidades Autónomas y sectores de actividad en España entre 2019 y 2020.
Concretamente, el estudio refleja que las pequeñas empresas se convirtieron en 2020 en los mayores emisores y receptores de facturas electrónicas en España, representando el 34,78 % del total de e-facturas emitidas y recibiendo el 32,09 % de ellas. Las pequeñas empresas han superado, así, a las medianas empresas, que lideraban el uso de la facturación electrónica en 2019. Estas compañías se situaron en segundo lugar en lo relativo al uso de la factura electrónica, con el 34,02 % de los documentos emitidos y el 25,11 % de los recibidos.
Por otra parte, es también especialmente reseñable el auge de la facturación electrónica registrado en el ámbito de las microempresas, que crecen significativamente en el uso de esta solución tecnológica con el 15,42 % de las e-facturas emitidas y el 29,15 % de las recibidas. Las microempresas, por tanto, superan ya a las medianas empresas como las segundas mayores receptoras de facturas electrónicas en España en proporción sobre el total.
“La factura electrónica es una pieza clave en la digitalización de las empresas. – Comenta Alberto Redondo, CMO de SERES para Iberia y LATAM – Además, en el caso concreto de la pequeña y mediana empresa ayuda a conseguir liquidez, puesto que, con la implementación de la misma, los plazos de cobro se ven reducidos de forma considerable. Esta es la principal razón por la que el uso de la factura electrónica es bastante más elevado entre este tipo de empresas”.
Las grandes empresas, por su parte, continúan sus procesos de transformación digital. Estas compañías representan el 15,78 % de las e-facturas emitidas en 2020 y el 13,65 % de los documentos recibidos, siendo así la tipología de empresas que menor uso realiza de la facturación electrónica.
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Datos nacionales
A nivel nacional, el Estudio refleja que el volumen total de facturas electrónicas emitidas en España en 2020 (sumando los ámbitos B2B, B2G y B2C) ascendió a 240.731.047, lo que supone un incremento del 16,60 % con respecto a 2019 y 34.266.994 facturas electrónicas más.
El uso de la factura electrónica en 2020 permitió el ahorro de más de 1.868 millones euros en costes de gestión y evitó un uso de papel equivalente a 12.960 pinos, ahorrando además un tiempo en horas de trabajo equivalente a 515 años laborables.
Las claves: pandemia, transformación digital y obligatoriedad en Europa
El estudio detalla que la crisis sanitaria del Coronavirus explica, en parte, el auge de los servicios de facturación electrónica registrado en 2020, siendo especialmente relevante su crecimiento en las transacciones entre empresas. En un contexto que ha obligado a reducir la presencialidad en las relaciones comerciales, la firma y la factura electrónica han tomado una importancia significativa, sirviendo incluso como primer paso para la digitalización total de muchos negocios.
Además, el 18 de abril de 2020 se hizo obligatoria la recepción de las facturas en formato electrónico de todas las entidades y organizaciones no centrales de las Administraciones Públicas de los países que integran Unión.