Las pequeñas y medianas empresas han empezado a notar los efectos de la inflación y han comenzado a observar los síntomas de las subidas del endurecimiento del crédito. El Banco de España ha indicado en un informe publicado que entre abril y septiembre de 2022 las pymes que detectaron un empeoramiento en las condiciones de los créditos fueron un 11% más de las que percibieron lo contrario.
Esta sensación coincide con otros informes en los que los bancos han reportado que habían endurecido los criterios de aprobación de préstamos de las pymes. La percepción que tienen estas empresas de su principal fuente de financiación ha caído por primera vez desde 2013.
El motivo del endurecimiento de las condiciones financieras es la subida de los tipos del Banco Central Europeo, pero pese a esto, el acceso a financiación no está entre los problemas principales de las pumes. Si se compara con la crisis financiera de 2008, los valores negativos llegaban hasta -37% en España.
En la actualidad las principales preocupaciones de las empresas tieen que ver con el aumento de los costes laborales y de producción y con la falta de personal cualificado. El 70% de las pymes han afirmado que han visto aumentos de tipos de interés y de otros costes asociados al crédito. En la Eurozona la preocupación por la falta de especialización es mayor que en España.
Según el Banco de España, solo el 21% de las empresas han solicitado financiación entre abril y septiembre porque muchas de ellas mantienen la liquidez de los préstamos solicitados durante la pandemia.
La preocupación de las pymes
La principal preocupación de las pymes es el aumento de costes. El 65,2% lo han visto en los costes laborales y un 94% en los costes de producción entre abril y septiembre de 2022. La inflación en ese momento se situaba en torno al 10%.
Las previsiones para 2023 no son positivas. Las empresas creen que la actividad en este semestre caerá y solo un 4,3% de las sociedades creen que sus ventas crecerán en el periodo de octubre 2022 a marzo 2023. Estas previsiones contrastan con los datos del Banco de España que han recogido que las ventas de las pymes en el último semestre han aumentado un 18,6%.