Pyme en problemas: no pierda la calma

En el complicado mundo de la pyme muchas veces se tira la toalla demasiado pronto ante las primeras dificultades.

Publicado el 08 Ene 2016

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En el complicado mundo de la pyme muchas veces se tira la toalla demasiado pronto ante las primeras severas dificultades dando el combate por perdido. Generalmente son mayores los esfuerzos prestados al concurso, quiebra y liquidación de las pymes con problemas financieros. Craso error.

Salvo situaciones catastróficas siempre hay ocasión de dar un golpe de timón que rescate a una nave a la deriva. La aplicación de un buen diagnóstico se erige en este sentido como fundamental. Una huida hacia adelante, precipitada, mediante la adopción de acuerdos financieros no hace sino atacar sólo los síntomas y prolongar la resolución del fundamento del problema. No debe perderse en los detalles, debe atender a la perspectiva global de la situación. Sepa prevenir.

Un buen dirigente nunca se deja llevar por el pánico y ser consciente del ciclo de vida en que se encuentra inmersa su compañía. La energía y el dinamismo de las primeras fases da paso a una mayor cautela que en ocasiones degenera en la denominada artritis organizacional, que se caracteriza por una autocomplacencia de éxitos anteriores que impide ver las oportunidades del presente.

Otro de los males clásicos de nuestras pymes lo encontramos en el propio refranero español: Quien mucho abarca, poco aprieta. Concentremos nuestras energías. El afán desmedido por el crecimiento conduce a la pyme a la búsqueda constante de nuevos mercados, nuevos productos, nuevos servicios…. Una actitud histérica en este sentido acabará por penalizarnos. Tenga en cuenta que por regla general el 20% de actividad de la pyme genera el 80% de los beneficios.

Para evitar los problemas económicos apueste por la contención presupuestaria y la eficiencia, esto es alcanzar el objetivo con el menor número de recursos posible.

Asimismo como dirigentes debemos saber reconocer las fortalezas y debilidades de nuestra competencia, aceptar y aprender de nuestros errores y mostrar mayor flexibilidad a los cambios.

Sólo así podrá dar el golpe de timón que la empresa necesita para volver a navegar con viento de popa.

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Redacción TICPymes

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