Para lanzar una startup se debe tener algo más que una buena idea. Además del capital nos referimos al alud de papeles que debe manejar con soltura todo emprendedor a la hora de crear su propia compañía.
Los requisitos legales son un engorro y el asesoramiento fiscal una buena idea.
De la mano de AD&Law exponemos los errores legales y fiscales más habituales del ecosistema emprendedor español:
• Conseguir capital: Se tiende a acudir a un banco en busca de financiación precipitadamente. Si usted está desempleado debe tener en cuenta que puede capitalizar el paro lo que le permite cobrar en un solo pago el importe pendiente de la prestación y evitar un préstamo. Ésta ayuda debe solicitarse antes de darte de alta como autónomo, nunca después.
• Pacto de socios. Fijando desde el principio cómo se van a estructurar las relaciones internas propias de la sociedad evitaremos futuros malentendidos que podrían incluso hacer zozobrar nuestro proyecto. Firmar un modelo estándar –lo más habitual- no es lo más prudente en demasiadas ocasiones.
• Registrar la marca. Fundamental. No hacerlo puede suponer que usted esté malgastando su inversión inicial. Sucede lo mismo con el dominio web. Emprendedor: no permita que la empresa que ha desarrollado la web o la app se apropie del registro en su lugar del emprendedor.
• Ley Orgánica de Protección de Datos. Su cumplimiento es básico en la medida en que las empresas suelen recabar muchos datos personales sobre clientes y usuarios. Se tiende a minusvalorar las posibles sanciones de la Administración o demandas de otras empresas o particulares.
• Ventas internacionales. Los emprendedores desconocer si hay que facturar el IVA en el extranjero ni qué régimen fiscal se aplica. El desconocimiento no exime del cumplimiento de la ley, por lo que infórmese y evite multas de Hacienda. Es un error característico del e-commerce por su facilidad de facturación internacional.
• Contratos con proveedores y clientes. En ocasiones muchos emprendedores tienen tantas ganas de comenzar con su actividad que no firman un NDA ni formalizan el presupuesto inicial en un contrato, firmado por ambas partes.