Las startups, también denominadas empresas de nueva constiución o emergentes, se erigen en incubadoras de emprendedores y jóvenes talentos. Muchos expertos recomiendan la experiencia laboral que sólo una startup puede proveer a un empleado, emprendedor o empresario.
Resultan en definitiva una gran escuela empresarial por los siguientes motivos:
- El ritmo
El tedio y la rutina de una oficina son una entelequia en una startup donde el «multitasking» es rey y los procesos están sometidos a un proceso de mejora constante. Si trabajas en una startup aprenderás a reaccionar con prontitud y a trabajar bajo presión. Lo agradecerás en futuros empleos.
- El equipo
Olvídate de grandes multinacionales donde como empleado apenas eres un número anónimo. Una startup es una compañía de pocos trabajadores, equipos cohesionados e interacción constante. Los despachos están abiertos y el jefe generalmente es accesible.
- Responsabilidad
En una gran empresa tu responsabilidad -y por ende tu capacidad de tomar decisiones- estará limitada. No sucederá así en una startu, donde podrás crecer como trabajador y ascender en la jerarquía empresarial. Hay compañías donde sabes desde el primer día que has tocado techo en este sentido. La meritocracia es una seña de identidad en una startup y la juventud nunca es considerada como un handicap.
- Objetivos
Olvídate de calentar la silla. El trabajo en una startup está generalmente orientado a la satisfacción de objetivos. Nadie va a terminar una tarea por ti.
- Creatividad
A menos presupuesto, mayor creatividad a la hora de sortear los obstáculos. Aprovéchalo.
- Aprendizaje
Si aún no te hemos convencido de las bonanzas que supone trabajar en una startup, piensa en cuanto aprenderás al trabajar junto a emprendedores jóvenes llenos de ideas como tú y en constante contacto con los CEOS.