Crear y mantener una empresa no es una tarea sencilla, ya que, además de las dificultades con las que se pueden encontrar, como trámites burocráticos, trabas legales o incluso la actual tasa impositiva, lograr alcanzar unos ingresos estables es algo que lleva mucho tiempo y esfuerzo. De hecho, el 61% de los directivos de pymes autónomos en España no tiene nómina fija ni se lo plantea, según el Whitepaper sobre “El coste real de crear tu propia empresa” de Hiscox, compañía aseguradora internacional para empresas y profesionales y que cuenta con uno de los seguros más completos del mercado para administradores y directivos.
Cuando se crea una empresa, no es nada inusual que los ingresos no sean fijos y que varíen según el mes o el año, ya que el negocio tiene que terminar de arrancar y se enfrentan a periodos de mucha inestabilidad hasta que se consigue rentabilidad y solidez. En este sentido al 62,7% de los directivos de pymes autónomos que sí tenían nómina fija, se les fue asignada desde el primer momento y el 19,3% empezó a cobrar después del segundo año de vida de la empresa. Sólo al 13,7%, se le asignó a lo largo del primero.
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Las pymes no acuden a las ayudas del gobierno
Además de las dificultades que supone crear un negocio en nuestro país, la pandemia desencadenó una crisis sin precedentes para las pymes españolas. En este sentido, se establecieron las ayudas del Gobierno y del Kit Digital con el fin de amortiguar el impacto de esta crisis, pero también fueron destinadas al impulso de la digitalización y también de la creación de nuevos negocios. Sin embargo, según el whitepaper, prácticamente ninguna de las pymes, sólo un 0,5%, han sido creadas solicitando ayudas y subvenciones públicas. De hecho, el 81,2% de las pymes se crearon con los propios ahorros de sus fundadores, un 26,5% recurrió a la financiación externa y otro 29,4% pidió ayuda a familiares y conocidos. En otros casos, más minoritarios, un 6% llegó a hipotecar su vivienda.
De la misma manera, de aquellos responsables de pymes que necesitaron financiación para la mitigación del impacto de la crisis, un 68,2% tuvieron que recurrir a los ahorros propios para mantenerse a flote. Por otro lado, los que recurrieron a financiación externa supusieron el 30,6% y los que acudieron a la ayuda de sus familiares y amigos fueron un 31,7%.
El impacto de la pandemia en la salud mental
Según la OMS, la pandemia de la COVID19 ha provocado un impacto importante en la salud mental y el bienestar de personas a lo largo de todo el mundo. De hecho, según el informe, el 88,3% de los responsables de las pymes han experimentado síntomas negativos a causa de su trabajo a partir de la pandemia. Entre quienes los han sufrido, destaca el estrés, el cual manifiestan haberlo padecido el 80,3% de estos directivos; seguido de los problemas para dormir, indicados por el 69%. Además, el 68,6%, manifestaron síntomas de depresión.
Sin embargo, a pesar de esta problemática, llama la atención que los directivos de las pymes españolas no suelen acogerse a la baja laboral y, de hecho, el 92,4% de los responsables no ha pedido ningún tipo de baja en los últimos 3 años. Entre los que sí se acogieron a una, el 39,8% declara haber estado de baja entre 1 y 3 meses y el 24,6% declaró seguir aún de baja.
“Crear o mantener una empresa en nuestro país no es algo sencillo, como hemos comprobado. En un contexto de tan alta vulnerabilidad, el impacto económico de cualquier incidente podría poner en peligro tanto al negocio como, no en pocas ocasiones, al propio patrimonio o incluso al familiar. Esta situación es, sin duda, algo que podría prevenirse con un seguro específico que, para una pyme con una facturación media, no supera los 300 euros al año. Sin embargo, todavía son muchas las pymes que no cuentan con un respaldo a medida, ya sea por desconocimiento o por pensar que este tipo de protección es únicamente necesaria para las grandes empresas”, concluye Nerea de la Fuente, directora de Suscripción de Hiscox España.