Un informe publicado por Embburse Captio revela que el fraude interno en las empresas españolas supone un gasto extra de 52.036 euros. La plataforma, dedicada a la gestión de viajes para empresas, detalla también en este documento que el fraude interno por trabajador es de 372,25 euros, en 2020, lo que por otro lado, supone un descenso respecto al año anterior (676,57 euros). Una vez más, la COVID-19 y las consecuencias para las compañías se reflejan en los datos. A menos movilidad, menos fraude y, evidentemente, también se reduce el coste medio del fraude por empleado.
Para llevar a cabo la elaboración del informe, Emburse Captio ha analizado una muestra de 1.050.000 gastos de desplazamientos profesionales recogidos en las hojas de gastos reportadas por 893 empresas durante el año 2020 y que corresponden a 124.953 trabajadores en movilidad.
Las empresas pequeñas son las que sufren más fraude interno por parte de sus empleados.
Otra de las conclusiones que se extraen de este documento es que las empresas pequeñas son las que sufren más fraude interno por parte de sus empleados. Esta realidad ha permanecido invariable durante los últimos años. El motivo es la gestión ineficiente, en algunos casos, de los gastos y los flujos de control y aprobación. Aunque sí es cierto que el aumento del interés generalizado por el control de los gastos en las corporaciones ha hecho que muchas pequeñas empresas cada vez más hagan suya esta prioridad. De hecho, respecto el 2019, han reducido un 3% los gastos fraudulentos.
Por otro lado, las empresas de mayor tamaño que invierten en la mejora de procesos en la gestión de los gastos derivados de la movilidad de los trabajadores han visto reducido el porcentaje de fraude interno de una manera paulatina los últimos años. Así, en las empresas medianas se ha detectado un 10 % y en las empresas grandes un 8 %. Uno de los motivos clave, de este pasado 2020, ha sido el impacto de la COVID-19 y las restricciones derivadas. Las empresas medianas y grandes han hecho una apuesta firme por la digitalización de procesos que les ha aportado seguridad.
“Las irregularidades en la gestión reducen seriamente la competitividad de las compañías y dificultan la toma de decisiones debido a la distorsión de los datos disponibles”, afirma Joaquim Segura, CRO y cofundador de Emburse Captio. Por otro lado, Segura añade que “el empeoramiento del clima laboral y el daño a la reputación corporativa son otras de las consecuencias de estas malas prácticas. Si además se suma la incertidumbre de una crisis sanitaria el resultado es todavía peor”. Así pues, en este contexto “El uso de un software de automatización y digitalización de la gestión del gasto y la implantación de un marco normativo que defina qué es fraude, establezca los distintos grados de gravedad y fije las medidas que se tomarán en función de ello es esencial para minimizar el fraude interno”, explica Segura.
Los casos más habituales de fraude entre los trabajadores son:
- Pasar gastos antiguos (30 %)
- Pasar el mismo tique varias veces (22 %)
- Editar la información del justificante (22 %)